Tarragona volvió a sufrir ayer una de las consecuencias de la huelga encubierta que protagoniza la Guàrdia Urbana. Tras el partido de playoff de ascenso del Nàstic contra el Ceuta, llegó el caos en las inmediaciones del Nou Estadi. Más de hora y media para ir desde el campo hasta el centro de la ciudad. Colas infinitas, coches pasando por donde no debían, autobuses mal aparcados y peatones jugándose la vida.
Ya hace semanas que la salida del Nou Estadi es un infierno. Ayer, la situación empeoró, teniendo en cuenta que en el partido asistieron cerca de 14.000 espectadores. Sin embargo, el dispositivo policial desplegado por la Guàrdia Urbana era de cinco agentes –uno de ellos caporal–. Insuficiente, según algunos aficionados, quienes se quejaban a la salida del campo. La Urbana, en los partidos del Nàstic, se encarga de ordenar y dirigir la circulación, tanto en la entrada como en la salida. Sin una correcta dotación de agentes, el resultado es el del pasado domingo. Caos y más caos.
A todo ello cabe sumarle el ambiente caldeado que se vivía ayer en el Nou Estadi. Tanto era así que incluso algunos aficionados granas tiraron piedras contra el autobús de los jugadores del Ceuta. Algunos presentes aseguraban que, en ese momento, tampoco había policía cerca.
La falta de agentes en las salidas del Nou Estadi viene dada por la negativa de la Guàrdia Urbana a hacer horas extras. Casi el cien por cien de la plantilla se ha plantado, después de que se rompieran las negociaciones con el Ayuntamiento de Tarragona. La Urbana quiere que se les iguales las condiciones laborales con las de los Mossos d’Esquadra. Fuentes sindicales aseguran que no volverán a hacer horas extras hasta que no se les haga caso y se contrate a más agentes.
Esta medida de protesta pone en jaque la seguridad de la ciudad, ya que la mayoría de actos multitudinarios que se celebran en Tarragona se cubren con las horas extras de los agentes.
En circunstancias normales –y en partidos normales–, en el Nou Estadi pueden haber hasta tres patrullas de la Urbana, es decir, unos seis agentes. En casos excepcionales, donde se espera mucha afluencia de público, han llegado a activar hasta seis patrullas. Ayer, solo había dos, y con casi rècord de asistencia.
ERC denuncia la situación
El grupo municipal de ERC ha denunciado que el dispositivo de la Guàrdia Urbana era insuficiente. «Ayer se vivió una situación caótica y lamentable. Incluso las empresas privadas de seguridad tuvieron que hacer el trabajo de la policía», explicaba esta mañana la portavoz de ERC en el Ayuntamiento, Maria Roig, quien añadía que «de aquí dos semanas, la ciudad tiene un nuevo reto» en la final del playoff de ascenso contra el Málaga. «Exigimos al gobierno y al alcalde que solucione los problemas con la Guàrdia Urbana, y que deje de poner en riesgo a los aficionados del Nàstic y a la ciudadanía», pedía Roig. La portavoz republicana también aseguró que lo vivido ayer en las inmediaciones del Nou Estadi «es dar mala imagen como ciudad».
Además, Roig alertó que la problemática de la falta de agentes se amplia a toda la ciudad. «Acabamos de pasar un fin de semana negro. Hemos vivido dos apuñalamientos en dos días. Exigimos que la Urbana vuelva a la calle para hacer su trabajo y evitar lo vivido este fin de semana», concluía la portavoz de ERC.