Pasaban pocos minutos de las siete de la mañana cuando los Portants de l’Aigua de Sant Magí salían de las fuentes de Sant Magí de la Brufaganya y emprendían el primer tramo de la Baixada de l’Aigua. Así empezaba el día de ayer para este colectivo de unas 75 personas, encargadas de llevar hasta Tarragona el agua milagrosa. El tradicional y solemne acontecimiento empezaba el día anterior, el martes, cuando se celebró una misa en las mismas fuentes de Sant Magí. Tras dos años sin poder celebrar una Baixada normal, ayer, los Portants lo disfrutaron de verdad.
El recorrido matutino pasó por los municipios de Santa Perpètua de Gaià, Querol, El Pont d’Armentera, Aiguamúrcia y, la última parada, Santes Creus. Allí, los Portants, acompañados de nueve carros y caballos, comieron. Habitualmente lo hacían al aire libre, pero ayer, con la amenaza de lluvia, optaron por comer dentro del centro cívico.
Hoy, tras pasar la noche en la Ermita del Loreto de Bràfim, los Portants volvieron a ponerse las deportivas para llevar a cabo el último tramo de los 66 kilómetros previstos. El itinerario pasaba por Nulles, L’Argilaga, Els Pallaresos y, por último, las instalaciones de Ematsa. Será el momento para descargar las portadoras de agua y empezar a decorar los carros. Está previsto que, alrededor de las seis de la tarde, la comitiva entre a Tarragona por la calle Rovira i Virgili. A las siete, llegará el agua a la Plaça de la Font, i sobre las ocho, las collas castelleras harán su tradicional pilar. Quienes quieran podrán hacerse entonces con los cántaros y LAigua de Sant Magí en el Portal del Carro. Mañana, también se podrá comprar en los barrios del Pilar y Bonavista.
«Para nosotros es un camino muy emotivo y sentimental. Antiguamente, los payeses iban a Sant Magí a buscar el agua milagrosa, que curaba todos los males. Ahora lo hacemos nosotros», explicaban ayer Carles Salvador y Sergi Baches, coordinadores de los Portants.