José Luis, víctima de un accidente: «Amaba la velocidad y no llevaba el cinturón»

José Luis Julián tenía 25 años, un trabajo, una hija pequeña y una mujer embarazada cuando sufrió un accidente que cambió su vida

02 mayo 2024 20:22 | Actualizado a 03 mayo 2024 07:00
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«Amaba la velocidad y era un conductor hábil; creía que era capaz de controlar el coche en cualquier situación...No pensaba que hasta los pilotos de Fórmula 1 y de Rallys tienen accidentes», cuenta José Luis Julián Justicia. Tiene 58 años y cuando hablamos con él se está recuperando de la enésima operación para paliar las consecuencias del accidente que le cambió la vida cuando solo tenía 25 años.

El coche que conducía se salió de la vía por exceso de velocidad a la salida de La Pineda. Perdió el conocimiento y en la ambulancia entró en parada cardiorrespiratoria. Llegó al Hospital Joan XXIII de Tarragona sin vida y le tuvieron que reanimar.

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Perderlo todo en un segundo

Antes del accidente tenía un trabajo como panadero-pastelero, una hija de 17 meses y su mujer estaba embarazada de nuevo (dio a luz un mes después). «Al principio todo es una negación, todo te supera. Se te viene el mundo encima de ver que lo tenías todo; planes de futuro con tu familia y en un segundo lo pierdes».

La recuperación fue larga y complicada. La médica que lo atendió le explicó que si hubiera llevado el cinturón de seguridad no habría tenido una lesión medular tan grave. «Yo era de los que creía que el cinturón no sirve para nada», rememora.

José Luis es miembro de STOP Accidentes y da charlas a personas que han perdido el carnet

«Debido a mi lesión no tengo movilidad ni sensibilidad de hombros para abajo, tengo una tetraplejia», explica.

Tras el accidente pasó a ser una persona dependiente. Su mujer se ocupó de su cuidado en un primer momento, pero se separaron la cabo de diez años. Ahora tiene un asistente personal que le ayuda en todas las actividades del día a día, desde levantarse de la cama hasta vestirse, lavarse o comer. «Al principio pensé que habría preferido quedarme en el accidente que vivir de esta manera», reconoce.

Contarlo y sentirse útil

Las primeras veces que le propusieron contar su historia no se veía capaz, pero después de hablarlo con su entorno pensó que su experiencia podría servir para ayudar a otras personas, «para que vieran que estaban jugando a la ruleta rusa... Además era gratificante volver a sentirme útil», dice.

Fue así como hace 20 años se decidió a formar parte de STOP accidentes, una organización ciudadana sin ánimo de lucro, fundada por familiares y amigos de víctimas de siniestros de tráfico.

Desde entonces se dedica, entre otras cosas, a dar talleres en una autoescuela a las personas que han perdido todos los puntos del carnet de conducir. Eventualmente también ofrece charlas en institutos, en empresas y hasta va a gasolineras para concienciar a los conductores durante la operación salida en las acciones que realiza la organización.

Especialmente a los jóvenes que se van a sacar el carnet les insiste en que vigilen la sensación de sentirse todopoderosos al volante. «Pero sobre todo les pido que piensen en las personas que reciben la noticia. En mi caso les explico como mi esposa, embarazada, abrió la puerta pensando que era yo y se encontró con una pareja de la Guardia Civil de tráfico... La angustia de mis padres que durante quince días recibían noticias de que mi vida estaba más de otro lado que de éste».

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