El próximo mes de enero se pondrá en marcha la intervención de urgencia en la Muralla de Tarragona afectada por la dana del pasado mes de noviembre. Así lo ha confirmado el Ayuntamiento de Tarragona, después de que en la fase de emergencia ya se tomaron las primeras medidas de cara a proteger la seguridad de las personas.
En concreto, el ámbito afectado es la Contramuralla –conocida también como la Falsa Braga– en la parte de atrás del Teatre Auditori del Camp de Mart. A raíz de una inspección del director del Museu d’Història de Tarragona, el día 5 de noviembre este advirtió de que se habían registrado dos desprendimientos provocados por las intensas lluvias, que incluso obligaron a las autoridades a restringir la movilidad.
Esta primera inspección visual permitió constatar que la estructura había cedido fruto de la acumulación de aguas pluviales en un punto en el que la roca inferior supone un escaso punto de apoyo, con presencia de vegetación en los paramentos verticales y un aumento del volumen de las tierras vegetales.
Fruto de esta primera inspección se valló el espacio para prohibir el paso de las personas y desde el Ayuntamiento de Tarragona se aprobó un modificativo de crédito con una partida de 108.000 euros, que es el que deberá permitir poner en marcha esta primera intervención de urgencia.
Inicialmente, esta consistirá en trabajos manuales de limpieza de las tierras así como de la vegetación acumulada, además de la poda de los árboles que tocan al muro. Al tratarse de un espacio protegido, se ha dictaminado que estos trabajos se hagan bajo el correspondiente control arqueológico, incluyendo también la carga manual y el traslado al centro de tratamiento de residuos.
Una primera fase
A partir de ahí se procederá a un levantamiento fotogramétrico y la documentación arqueológica en un tramo de unos 50 metros lineales aproximadamente de esta Contramuralla o Falsa Braga. En base a estos resultados se encargará un proyecto de diagnosis estructural del estado de este monumento, para determinar el abasto del proyecto de rehabilitación o refuerzo estructural que tendrá que hacerse. Un proyecto que después tendrá que ejecutarse para evitar daños futuros.
Esta fase todavía no se sabe cuándo podrá ponerse en marcha. La prioridad ahora es poder hacer estos controles y esta diagnosis que tiene que hacerse es la que establecerá las próximas actuaciones que tendrán que hacerse, para evitar nuevos episodios como este.