Hachazo a los contratos temporales en 2022. En toda Catalunya, la Inspección transformó un total de 36.585, además de 3.181 fijos discontinuos, en indefinidos, según los datos ofrecidos por el Departament d’Empresa i Treball. ¿Las causas? El efecto de la reforma laboral y un incremento de la revisión: 37.477 contratos en 2021 frente a los 55.449 del año pasado. Es un 48% más.
Es normal que, al haber aumentado la fiscalización, crezca el fraude. Sin embargo, el incremento de los temporales que se transforman en indefinidos es de un 59%. Once puntos porcentuales más que se explican por la entrada en vigor de la nueva legislación, hace poco más de un año, y la consiguiente reducción de los supuestos en los que se puede iniciar un trabajo temporal. Unos supuestos que algunas empresas no aplicaron.
En 2021, fueron 22.966 los contratos temporales que se transformaron en indefinidos, de los cuales 2.739 se firmaron en Tarragona. Pese a que los datos por provincias del año 2022 aún no están disponibles, todo parece indicar que la demarcación no escapará a la dinámica global. Según el secretario general de UGT en Tarragona, Joan Llort, «el incremento se ha percibido de forma generalizada». Por su parte, la secretaria general de CCOO en la demarcación, Mercè Puig, explica que «está costando que las empresas hagan estos cambios contractuales».
Si se comparan los datos de fraude con los de contratación, ofrecidos por el Observatori de Treball i Model Productiu, se observa que la tasa de fraude llegó, en 2022, al 2,2% de los contratos eventuales, que ascendieron a más de 1,6 millones. En 2021, hubo más de 2,3 millones y la tasa fue de poco menos de un 1%. Hay que tener en cuenta que el paraguas de la Inspección no abarca todos los engaños, pues aún existen irregularidades opacadas, que persisten a pesar del cambio legislativo.
El resultado de todas estas artimañas desemboca en unas peores condiciones de los trabajadores y en una reducción de su sueldo y cotizaciones. Algo que acaba perjudicando también a la Administración pública, que ve cómo las aportaciones a la Seguridad Social y a Hacienda son inferiores que las que deberían ser si se tienen en cuenta las condiciones de la persona contratada.
A la práctica, la dinámica que se suele dar en este tipo de contrataciones es la de una empresa que sitúa a trabajadores con contrato temporal en un puesto estructural que debería estar ocupado por alguien fijo. Una práctica a la que se intentó poner fin con la reforma laboral. «La Administración está ejerciendo una cierta presión que está funcionando para adecuar los temporales a indefinidos», expresa Víctor Canalda, abogado laboralista en Tarragona y profesor de Derecho en la UOC.
Tras el nuevo texto, solo se puede establecer una relación temporal entre empresa y trabajador si se produce un incremento ocasional e imprevisible de las circunstancias de producción o si se trata de un contrato de duración determinada por sustitución. El resto, se han convertido en fijos discontinuos, que desempeñan las labores que antes de la reforma se atribuían a los temporales. «Las empresas lo ven como algo perjudicial, ya que manifiestan que por qué han de tener una persona indefinida si no saben si el mes siguiente seguirá trabajando o no», indica Puig.
El catálogo de trampas
Con las inspecciones, afloran varias de las estratagemas que algunas compañías utilizan: «Es de justicia decir que la gran mayoría lo hacen bien, pero hay algunas que no», defiende Puig. Despedir el viernes para volver a contratar el lunes, ahorrándose así la empresa los gastos por cotizaciones, es una de las trampas más habituales. De hecho, si se analizan los datos que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones hizo públicos el pasado mes de marzo, se observa que los viernes y el último día de mes concentran la mayor cantidad de bajas en el conjunto del país.
Por ejemplo, el viernes tres de marzo, hubo una variación negativa de 17.961 afiliados. Es decir, hubo 17.961 bajas más que altas. En general, los días que hay más bajas que altas suelen coincidir con los viernes y el último día del mes. El pasado día 31, el saldo fue de 141.831 bajas más que altas.
En contraposición, los lunes y el primer día de mes, las altas se disparan. En palabras de Llort, «es algo que se da, sobre todo, en el sector servicios, en el logístico...». «En industria y en sanidad también hemos comprobado casos», remarca Puig. Es algo habitual en las dinámicas contractuales y que no está estrictamente relacionado con el fraude, pero sí que es cierto que representa el escondite perfecto para este tipo de estrategias. Otra trampa recurrente es la de mantener a un trabajador durante diez meses contratado y despedirlo cuando se dispone a hacer vacaciones.
«Con los fijos discontinuos, nos encontramos con que no se avisa a los trabajadores cuando toca, que es cuando comienza la actividad», expone Llort. «Además, hay alguna empresa que, en el lugar donde tenía a un fijo discontinuo, ha contratado a alguien a través de una ETT para ahorrar costes», añade.
Legalmente, la empresa debe priorizar al fijo discontinuo, que es quien tiene el contrato en vigor y la plaza reservada. «Ahora entramos en temporada estival y pensamos que lo que hay que hacer es estabilizar los contratos existentes», comenta Llort. Francisco Javier Boabén, abogado especialista, expresa que «se ha ido perdiendo algo el miedo a denunciar, los trabajadores están más concienciados». «Empiezan a conocer más cuáles son sus derechos», añade Canalda.
¿Menos temporalidad?
El cambio de norma ha reducido en gran medida el número de trabajadores temporales. En marzo del 2022, justo antes de que la reforma laboral entrara en vigor, había en la demarcación de Tarragona un total de 66.468 trabajadores temporales y 10.001 fijos discontinuos. Un año después, los afiliados temporales son 38.473 –un 42% menos–, mientras que los fijos discontinuos son 18.819 –un 88% más–.
El gran objetivo era reducir la temporalidad. Pese a que es cierto que los contratos temporales han bajado, la intermitencia que representa la actividad turística provoca que se antoje difícil erradicar la eventualidad como concepto. «Aunque la contratación indefinida haya subido en los últimos meses, aún hay demasiados contratos que se firman por la vía temporal», asume Llort. «Es cuestión de que Inspección ponga más recursos, aunque sí que es verdad que hay más control», añade.
«Nosotros percibimos que los controles se intensificaron en el inicio de la reforma, pero ahora vemos que hay un avance lineal», observa Puig. «Cuando tenemos reuniones con las administraciones, manifestamos que los inspectores tienen sobrecarga de expedientes y que no llegan», añade.
El efecto de la reforma laboral y la intensificación de la fiscalización por parte de la Inspección ha hecho aflorar trampas en miles de contratos temporales fraudulentos. Qué pasará en 2023 es aún una incógnita.