Si usted le pregunta a algún conocido o conocida si percibe que la inseguridad ciudadana ha crecido durante los últimos tiempos, seguramente obtenga un sí por respuesta. ¿Se corresponde dicha afirmación con las estadísticas? Pues depende de con cuáles se compare.
Los balances de criminalidad que publica el Ministerio del Interior con periodicidad trimestral –a partir de los datos de denuncias ofrecidos por la Policía Nacional, la Guardia Civil, los Mossos d’Esquadra y las policías locales– reflejan que efectivamente la criminalidad general aumentó en 2023: un 18,4% en comparación con 2019 y un 9,1% respecto a 2022, según los últimos datos disponibles.
«Hay subidas que son muy llamativas a nivel porcentual, pero que en el ámbito absoluto no son excesivamente elevadas», Helena Mulero, criminóloga, colegiada en el Col·legi Oficial de Criminologia y directora de seguridad
No obstante, atendiendo a la de tipología violenta, aquella que aúna los delitos de homicidios, secuestros, lesiones graves, agresiones sexuales y robos con violencia, intimidación o fuerza, el número de faltas asciende tan solo un 3% entre 2022 y 2023 –algo esperado debido a la progresiva vuelta al espacio público tras la pandemia– y se reduce un 4% si se compara con los registros correspondientes a 2019, año anterior al confinamiento.
Con lo cual, es cierto que el total de infracciones penales viene aumentando a lo largo de los últimos años –especialmente por el incremento del 14,1% de los hurtos, del 148,3% de las agresiones sexuales y del 99,3% de la ciberdelincuencia en el último lustro–, pero también es cierto que el conjunto de las faltas físicamente lesivas no experimenta cambios significativos.
Balances de criminalidad de los últimos años en la demarcación
Fuente: Ministerio del Interior
Lo corrobora la criminóloga, colegiada en el Col·legi Oficial de Criminologia y directora de seguridad, Helena Mulero, quien defiende que «hay subidas que son muy llamativas a nivel porcentual, pero que en el ámbito absoluto no son excesivamente elevadas».
En 2023, hubo cuatro homicidios consumados más que en 2022 y uno más en grado de tentativa. Una subida en parte motivada por los tres asesinatos machistas del pasado año, ya que en 2022 no hubo ninguno en la demarcación, según los números de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género.
Los vecinos se sienten inseguros
A pesar de todos los registros y de las valoraciones, es innegable que la percepción de inseguridad entre los ciudadanos de la demarcación es latente y cada vez más consistente. Así lo expresaron asociaciones vecinales al Diari después de los tiroteos que tuvieron lugar en Campclar en octubre del año pasado y en Sant Josep Obrer en enero de este 2024. Dos cruces de balas que, pese a no ser un fenómeno para nada habitual, provocaron la salida a la calle del barrio de Mas Pellicer de Reus para pedir soluciones.
«El tratamiento que se le da a estos temas a través de los medios de comunicación contribuye a que se genere un cierto alarmismo», Helena Mulero, criminóloga, colegiada en el Col·legi Oficial de Criminologia y directora de seguridad
¿A qué se debe esta subida de la incertidumbre? La criminóloga lo achaca al hecho de que «cada vez se denuncia más» y que «a pesar de que la seguridad siempre ha sido un elemento que ha preocupado a la ciudadanía, muchas veces, el tratamiento que se le da a estos temas a través de los medios de comunicación contribuye a que se genere un cierto alarmismo».
Indica que «la imagen que suele llegar es la del miedo». «Somos conscientes de que eso no tiene nada que ver con la percepción objetiva según los índices de criminalidad», remarca.
Por otra parte, insiste también en que los discursos de algunos partidos políticos pueden llegar a influir en esta sensación: «No es algo único de España ni de Catalunya; siempre se ha utilizado la cultura del castigo, es decir, hacer creer a los ciudadanos que, si somos más punitivos, habrá menos delitos, algo que está comprobado que es mentira».
Las estrategias de muchos municipios para paliar este tipo de percepciones pasan por darle más valor de proximidad a los cuerpos policiales, una máxima que ha ido repitiéndose en varias localidades tarraconenses.