El alcalde Rubén Viñuales (PSC) tiene muy difícil repetir el éxito de hace diez meses, cuando logró aprobar el presupuesto municipal con el mayor consenso del siglo XXI: 20 de los 27 posibles votos del pleno municipal, gracias a PSC (9), ERC (6), Junts (3) y ECP (2). Aparte de las dudas de En Comú Podem, que exige despejar de la ecuación negociadora a los dos ediles tránsfugas ex de Vox –Javier Gómez y Jaime Duque–, ahora es Esquerra la formación que se aleja del PSC.
Según ha podido saber el Diari, después de verse la semana pasada con Junts, ECP y los dos no adscritos, la comisión negociadora del gobierno socialista –formada por la concejal de Hisenda, Isabel Mascaró, y el asesor especial de Alcaldía, Pau Pérez– se entrevistó este lunes con el principal partido de la oposición: ERC.
Fuentes de Esquerra confirman que, en la reunión, los republicanos anunciaron que, a diferencia del 2023, ahora la formación liderada por Maria Roig «no entra a negociar el presupuesto» porque «no se dan las condiciones de confianza con el alcalde Viñuales», ya que esta «se ha roto» tras «no hacer nada» con el pacto del 2023 «y no dar explicaciones sobre el espionaje a una técnica municipal».
«Incumplimientos»
En otoño de 2023, ERC aprobó las cuentas tras acordar un paquete inversor de 4,2 millones de euros. De estos, 1,2 eran para centros cívicos (Ciutat de Repòs, Santiyán, Avinguda Catalunya, Lletres y Parc del Francolí); 1,1 para la urbanización del polígono Francolí y definir el proyecto de reforma del eje Unió-Apodaca-Plaça del Prim; y un millón para la compra de vivienda para destinar a alquiler social. Asimismo, el plan incluía 400.000 euros para el mantenimiento de escuelas; 300.000 para locales de asociaciones de vecinos; 200.000 para un plan de accesibilidad y 50.000 para el local de los Xiquets.
Diez meses después, Esquerra corrobora el cumplimiento «insuficiente», pese a que «en el Polígon Francolí les dejamos el proyecto hecho», afirman desde ERC. El principal partido de la oposición critica también la «soberbia y arrogancia» del PSC con los Comuns en la subida «de las zonas reguladas de aparcamiento» ya que, en teoría, estas no debían tocarse hasta el nuevo Pla de Mobilitat.
Desde ERC, además, se exige que Viñuales baje ahora impuestos «para compensar la innecesaria subida del año pasado», a la vez que se pone como condición sine qua non que «no se negocie nada con los dos tránsfugas». Frialdad, pues, entre los dos transatlánticos del Saló de Plens, que ni han acordado fecha para una posible segunda reunión. Toda una declaración de intenciones a las puertas de Santa Tecla.