La plataforma del Miracle, que popularmente ya se conoce como el mamotreto de Tarragona, tiene algunos partidarios y muchos detractores. Sin embargo, lo que está claro es que alrededor de esta estructura hay un debate abierto sobre las posibilidades futuras de un espacio que tiene todos los ingredientes para convertirse en una de las joyas de la ciudad y que ahora no lo es.
Prueba de ello se puso de manifiesto durante la jornada-debate organizada ayer por la plataforma SOS Costa Daurada, que más que un debate fue una jornada de reflexión, ya que todos los invitados coincidieron en que la plataforma tiene que derribarse. «Fue un planteamiento legítimo en su momento, que planteaba superar la barrera física que suponía el tren», apuntó el arquitecto Rogelio Jiménez.
Durante su trayectoria profesional en el despacho de Ricardo Bofill, Jiménez estudió de cerca toda la fachada marítima de la ciudad. Sin embargo, cuando han transcurridos veinte años desde su construcción –de los cuales ocho ha estado cerrada por problemas estructurales– el planteamiento inicial se ve completamente diferente. «La plataforma nació con buenas intenciones, pero la situación es de fracaso. Aquello no ha funcionado y ha sido un auténtico desbarajuste. Es mejor que desaparezca», añadió de forma categórica.
En el año 1997 cuando el proyecto salió a exposición pública y se planteó invertir ocho millones en la estructura de hormigón no hubo oposición desde la ciudad. Sin embargo, con el paso de los años el Miracle ha pasado de ser un símbolo a un «agujero negro» que hacen que ahora mismo la playa urbana de Tarragona sea muy poco atractiva. Los cambios en la cultura de la movilidad, que se han acentuado a raíz de la pandemia y por la emergencia climática, hacen que ahora mismo todas las ciudades estén replanteando su futuro a marchas forzadas. Y Tarragona también está sumida en esta reflexión. «Un parking tiene menos razones que nunca», afirmó Joan Díaz, ingeniero de Caminos y portavoz de SOS Costa Daurada.
La apuesta de las entidades ecologistas es «renaturalizar» la playa, creando una red de caminos, con una zona de picnic y un carril bici que invite a pasear por el parque y «disfrutar de las dunas como en la playa Llarga», añadía Alicia Escudero, representante de Greenpeace en el Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre. En este sentido, SOS Costa Daurada planteaba hace unas semanas un proyecto para desmontar la estructura y utilizar las vigas de hormigón para cubrir las vías del tren y permeabilizar la zona. Una solución que Díaz defendió como asumible ya que «buena parte de las estructuras son prefabricadas», lo que hace que sea «como un mecano». Y aunque los cálculos sobre lo que costaría no están hechos, afirmó que la cifra representaría «mucho menos» de los 800.000 euros que el Ayuntamiento prevé invertir para su recuperación, para la cual ha solicitado una ayuda de los fondos Next Generation.
Levantar la mirada
En la sesión se habló de movilidad y de la relación con la naturaleza. Y lo que quedó muy claro es que es un debate que genera interés –la sala de actos del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya en Tarragona estaba llena– y que este es mucho más amplio de lo que supone estrictamente los límites de la plataforma del Miracle. «Este es un espacio tan central que puede marcar el disparo de salida de un símbolo que sea el gran proyecto de ciudad que no acabamos de encontrar», apuntó el arquitecto Saül Garreta.
Lo que quedó claro es que en este caso hace falta levantar la mirada y pensar en una «solución integral» que vaya más allá de una zona en concreto, y que afecta al modelo de litoral que Tarragona quiere tener. Un aspecto sobre el que insistió la doctora en Ciències Biològiques, Puri Canals, quien defendió que Tarragona está siendo una «ciudad pionera en encontrar soluciones hacia un camino más sostenible». Y, en este sentido, animaba a los asistentes a «ser osados» y a «reconsiderar las relaciones con el litoral». Una interpelación que se produce en un momento en el que se generan muchos interrogantes sobre cuántos años nos quedan para seguir disfrutando de esta costa tal y como lo hemos visto. De bien seguro tomaron buena nota los concejales de Territori, Xavier Puig, y Medi Ambient, Eva Miguel, que se encontraban entre el público.