Cada vez es más difícil acceder a una propiedad. En la demarcación de Tarragona, el número de hogares que vive de alquiler ha pasado de 48.575 en 2011 a 60.135 a final de 2021, según la Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas (ECE-POV), publicada recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los tarraconenses viven más de alquiler, así como en viviendas propias por herencia, donación o cesión, que han pasado de 32.665 a 54.048, una subida del 65%. El precio del alquiler también se ha disparado: 536 euros de media en todo el 2022 y 561 euros en el último trimestre del año, una cifra récord.
De los 326.172 hogares principales que hay en la demarcación de Tarragona –13.067 más que en 2011–, un 60% se encuentran en régimen de propiedad por compra, ya sea totalmente pagada o con pagos pendientes. En 2011, última vez que el INE realizó esta encuesta, los propietarios eran el 69%. La propiedad se reduce.
Si se estrecha el cerco y se analizan únicamente las casas o pisos en régimen hipotecario, han pasado de 121.105 a 89.273. Cada vez más alquiler, menos hipotecas y menos propiedad. Cuesta encontrar casa. Y si se busca a buen precio, aún más. Además, según los datos aportados por la Agència Catalana de l’Habitatge al Diari recientemente, hay 6.519 viviendas vacías en Tarragona propiedad de grandes tenedores, cosa que constriñe la oferta.
Para el director de la Càtedra UNESCO d’Habitatge de la URV, Héctor Simón, «entre el 2000 y el 2007 se hizo una apuesta por la vivienda en propiedad, luego llegó la crisis financiera y, desde entonces, se ha restringido el acceso a los créditos hipotecarios». El presidente del Col·legi Oficial d’Administradors de Finques de Tarragona (COAFT), Fabià Huguet, coincide: «Entendemos que esto es una consecuencia de la situación económica, no de las políticas realizadas».
Ante la dificultad de conseguir una vivienda en propiedad, el alquiler es la única vía para muchas personas. «La tendencia se ha incrementado, pero conocer con exactitud la tasa de vivienda en alquiler es muy difícil, ya que hay mucho que no se declara», apunta Simón. «Se observa que, a medida que el municipio es más grande, hay más problemas para que se conceda una hipoteca», añade.
Por otra parte, alquilar sale bastante más caro cada mes. «Ha subido la demanda y, a la vez, la oferta se ha visto reducida; regular en exceso el alquiler no incita a que suban los pisos disponibles», afirma la copropietaria de Finques Tarragona, Montse Monlleó. Para Huguet, «la inseguridad jurídica es lo que aleja a muchos propietarios de alquilar su propiedad».
Una de las soluciones por las que apuesta la Càtedra es la diversificación de los regímenes de tenencia. «La propiedad compartida o temporal podría llenar ese hueco y permitiría que más personas pudieran tener una vivienda propia», destaca Simón.
En la actualidad, la sociedad se encuentra en una situación en la que, por una parte, es complejo llegar a obtener una hipoteca y, por otra, la cuantía a pagar por un alquiler no para de subir. «Hay que ver qué pasa con el aumento de los tipos de interés», explica Monlleó.
La radiografía de la demarcación de Tarragona en 2011 era la siguiente: 313.105 viviendas principales, 140.550 segundas residencias y 72.575 casas vacías. Así, se desconoce la cantidad total de pisos deshabitados y de segundas residencias en la actualidad. Lo que sí que se sabe es que hay un total de 38.678 familias que disponen de, al menos, una segunda residencia, sin especificarse cuántas. De ellas, 26.010 tienen su otra vivienda también en la demarcación de Tarragona, 5.059 en otro punto de Catalunya, 6.525 en el resto de España y 1.084 en el extranjero.
Tan solo un 11% de hogares tarraconenses tiene una segunda residencia, un porcentaje inferior a la media española del 15,5%. En palabras de Monlleó, «antes era mucho más habitual que la gente tuviera más de una casa».
Tres o cuatro habitaciones
Un 73% de hogares tarraconenses dispone de tres o cuatro habitaciones. Huguet especifica que «hay promociones en las que la ley ofrece un número de metros cuadrados, pero limita el número de viviendas que se pueden construir, por lo tanto, igual se levantan veinte pisos de tres habitaciones en un espacio donde cabrían más pisos de dos, pero no se deja elegir». La medida estándar de superficie útil está entre 79 y 90 m². Un 45% se encuentran en un edificio con diez o más pisos, un 38% son viviendas unifamiliares (chalet, adosado, pareado...) y un 15% se sitúan en un bloque de dos a nueve pisos. «Hemos observado que las ventas de chalets se han disparado», remarca Monlleó.
En general, el estado de las viviendas es entre «bueno» y «normal», en un 31% y un 20% respectivamente. Eso sí, un 34% manifiesta que su casa «no es accesible». «Hay barreras arquitectónicas en muchas casas», denuncia Monlleó. «Una gran parte del parque no se ajusta a la normativa», expresa Huguet. «En España hay pisos muy antiguos, hay que empezar a rehabilitar viviendas ya», observa Simón. «Las políticas públicas deberían incentivar que la rehabilitación permitiera incrementar la oferta», añade.
Las hipotecas, restringidas por las entidades bancarias, crecen por el aumento del euríbor. El precio del alquiler también escala y llega a cifras de récord. Por lo visto, tener un techo es más complicado por cada día que pasa.