Juan Gabriel Rodrigo Knafo, joven trabajador de la construcción de la refinería de la Pobla de Malfumet, murió un 5 de marzo de 1976 durante una manifestación contra los hechos de Vitoria que dejaron a 5 trabajadores muertos. Más de 45 años después, su cuñado y compañero José Antonio Giménez sigue luchando por esclarecer los hechos y reivindicar su memoria. Ayer fue invitado a la ciudad para hablar sobre la represión franquista en un ciclo de cine donde se expuso El Crimen de Cuenca.
¿Cómo recuerda aquel momento de 1976?
Los problemas socioeconómicos y políticos eran parecidos a este, con un encarecimiento de precios y mucha lucha sindical en los sectores industriales. Aquí en Tarragona, después de los hechos de Vitoria, conseguimos parar las obras de la refinería por completo, bajamos más de 4.000 personas desde la Pobla de Malfumet. Nunca se había vivido nada así en la ciudad.
¿Qué paso en aquella azotea?
Momentos antes hablé con él y estábamos planeando la tarde. Lo que pasó arriba solo lo sabían Gabi y aquellos dos malparidos que subieron detrás de él. Pero estamos convencidos de que él no se mató, lo mataron. O bien de un balazo de goma que lo empujó, una bala real o le pegaron y lo tiraron muerto. La autopsia deja claro que no murió por caída.
Y luego oscuridad.
Los años posteriores fueron muy duros, intentamos pelear por saber qué pasó, pero había un obscurantismo brutal. Hasta su muerte nos llegó un día tarde, decían que estaba grave en el hospital y sabemos que llegó muerto. Hubo tres testigos presenciales y se fueron de la ciudad por amenazas. El caso le costó la vida a mi suegro, era un exiliado de guerra y estaba vigilado.
¿Mejoró la situación pasada la transición?
Cuándo volvimos a Puertollano mi hija comenzó a interesarse por su tío. Josep María Yago y Pau Gomis fueron los primeros en publicar sobre el tema, ahí volvió a la opinión pública. Tuvimos el apoyo de asociaciones cívicas y vecinales, pero con el ayuntamiento siempre ha costado. Al no estar yo aquí, es difícil seguir presionando.
Conseguiste que llegara al pleno.
Al principio se negaban, pero sí, la CUP con Jordi Martí Font y Laia Estrada fue un gran impulso. Pero una vez se puso la persona jurídica del ayuntamiento a investigar, volvió la oscuridad, seguíamos sin recibir noticias.
¿La democracia no arrojó luz?
¿Dónde está esa democracia? Es una pseudo democracia, seguimos con la ley mordaza y la represión policial. Tenemos ciertas libertades pero sin excedernos.
«Hay que impulsar la memoria de Gabi en la ciudad o en 15 años nadie lo recordará»
Y se sigue hablando de memoria histórica
Estamos en un momento donde se ha destapado mucho franquista que tenía la cara tapada. Como permitamos que nos gobierne la extrema derecha, vamos a retroceder 30 años en una legislatura.
¿La ciudad recuerda suficientemente los hechos?
Cada 6 de marzo el ayuntamiento hace el acto, pero se podría hacer mucho más, a veces sirve más para colgarse la medalla. Hay que dejar claro que la memoria de Juan Gabriel no pertenece a ningún partido ni sindicato, sino a su familia y a la ciudad. No voy a decir que queremos que se ponga una calle, pero hay que darle publicidad al acto y que la gente lo recuerde o en 15 años nadie lo recordará.
¿En este tiempo ha habido más testimonios?
Cada 6 de marzo, en la ofrenda floral, aparece gente que dice que vivió aquello, pero cuando indagas más no quieren hablar. Sigue habiendo miedo a hablar sobre el tema, no se atreven a dar la cara y ponerse delante de un juez, pero nosotros queremos llegar hasta el final.
«Queremos reabrir el caso esta legislatura y llegar a juzgados antes de 2026, cuando se cumplan 50 años»
¿Y ahora cuál es el objetivo?
Queremos reabrir la causa durante esta legislatura. En 2026 se cumplirán 50 años de la muerte de Juan Gabriel y nuestra meta es que en esa fecha se haya movido algo en los juzgados y los políticos empiecen a cumplir sus obligaciones firmadas en 2016. Queremos llegar a que se pida una exhumación del cuerpo.