El edificio del Antic Ajuntament, ubicado en la calle Major, se convertirá, a partir de este otoño, en un «centro cultural de proximidad». En ello están poniendo todos sus esfuerzos los técnicos de la concejalía de Cultura. El Ayuntamiento quiere que la Part Alta cuente con un espacio abierto a la ciudadanía y a las entidades, para poder llevar a cabo actos de pequeño formato, como podrían ser exposiciones fotográficas, conciertos en acústico, presentaciones de libros o clases de danza y música, entre otros ejemplos. La idea es habilitar las salas que hay en el inmueble, aprovechando que algunas ya acogen la Casa y la Escola de les Lletres, una entidad cultural que también se impulsó desde el Ayuntamiento.
Actualmente, en las dependencias de la calle Major se encuentran los despachos de los trabajadores del Patronat Municipal de Turisme. Según está previsto, éstos se trasladarán al edificio del Antiga Audiència una vez empiece a caminar el proyecto de la Porta Tarraco. Haciendo una especie de efecto domino, los técnicos de Cultura i Festes del Ayuntamiento –que hoy en día están ubicados en la Antiga Audiència– pasarán a ocupar el Antic Ajuntament. Este es el punto de partida del proyecto cultural del edificio de la calle Major.
«Somos conscientes de que la Part Alta necesita un espacio donde poder hacer actividad cultural. Faltan equipamientos en esta línea. No podíamos desaprovechar esta oportunidad», explica la concejala de Cultura i Festes, Inés Solé, quien añade que «nos gustaría que este formato pudiera replicarse en otros puntos y barrios de la ciudad».
El responsable de la gestión cultural en el Ayuntamiento, Toni Martí, explica que «hasta ahora se ha entendido la cultura alrededor de la realización de grandes actos y espectáculos. Pero lo cierto es que existe un activismo cultural en la ciudad que no ha sido acompañado en los últimos años».
Los centros cívicos, e incluso, el Espai Jove Kesse han jugado un papel importante, aunque no suficiente. «Es importante abrir espacios para que la gente pueda ensayar, pueda hacer pequeñas muestras de aquello más cotidiano», explica Toni Martí.
El edificio del Antic Ajuntament cuenta con tres plantas. La baja, donde hay algunas oficinas y un patio de bienvenida; la primera, en que se encuentran dos salas abiertas y otra más de formación y, finalmente, la segunda planta, con tres salas, una que será despacho y las otras dos que se pondrán a disposición de la ciudadanía. Los espacios que son más abiertos estarán limitados por cortinas acústicas. «Queremos que todo sea muy movible, nada fijo, para poder adaptarnos a todo», apunta Martí.
Ahora, el equipo está trabajando en un sistema para gestionar y ceder el uso de los espacios a los interesados. «Lo que tenemos claro es que debe ser un sistema que facilite el acceso y que tenga coste cero porque queremos que sea algo muy popular», explica la concejala.
El proyecto se dividirá en dos partes. La primera fase quiere estar lista en octubre y contempla habilitar las salas con el material necesario: ordenadores, un pequeño equipo de sonido y las cortinas. Para ello, hay una partida de 57.000 euros. Cuando el Patronat Municipal de Turisme se traslade a la Antiga Audiència, entonces se llevarán a cabo los trabajos más importantes, como son la climatización del inmueble y la mejora de los lavabos. Está previsto que el coste sea de 160.000 euros.
«No es un macroproyecto, es una pequeña acción que dará el giro cultural tan necesario a la ciudad. Una nueva manera de entenderla. Los tarraconenses podrán mostrar su arte», explica Solé.
Un edificio con historia
Desde mediados del siglo XV hasta el año 1852, este edificio de origen medieval fue la sede del poder municipal en Tarragona. Es entre estas paredes donde la ciudad ha visto evolucionar sus estructuras políticas durante más tiempo y desde donde los tarraconenses decidieron la gestión y el destino de su ciudad durante cuatro siglos. Uno de los acontecimientos más destacados para el edificio y para la ciudad fue la Guerra de Sucesión y el Decreto de Nueva Planta de 1716, cuando el Consell de la Ciudad, como los de todos los territorios de la antigua Corona de Aragón, fue suprimido y sustituido por la institución del Ayuntamiento.