Detrás de los andamios que ocultan dos de las fachadas de la Torre del Pretori se está llevando a cabo un auténtico trabajo de cirugía. Piedra a piedra se está revisando, limpiando e incluso en algunos casos sustituyendo los sillares de esta estructura de 22 metros de altura, cuyas piedras sintetizan los 2.000 años de historia de esta ciudad.
La intervención está siendo «muy compleja», según informó la jefa de la Secció d’Arquitectura del Ayuntamiento de Tarragona, Raquel Casals. La erosión generada por las filtraciones de agua en la parte superior, además de la climatología y el salitre han resultado perjudiciales para el monumento. «Hemos tenido que ir decidiendo pieza por pieza cual era el tratamiento más adecuado, teniendo en cuenta un criterio de intervención mínima», argumentó Casals.
Está previsto que las obras acaben durante el mes de marzo, para que pueda anidar el vencejo
Se ha repuesto la mampostería, cerrado grietas y se han sustituido más de una veintena de piezas. La mayoría ubicadas en la parte baja, lo que en palabras de la arquitecta municipal «comprometía el monumento».
A las patologías generadas por los más de sesenta años sin intervención alguna de mantenimiento hay que sumarle las degradaciones químicas generadas principalmente por la biodiversidad. Y aquí la principal causa ha sido la plaga de palomas que sufre la ciudad. «Los excrementos contienen unos ácidos que acaban rompiendo la piedra», indicó Casals.
Los agujeros que se habían formado entre las piedras se habían convertido en un espacio idóneo para resguardarse, e incluso para su nidificación. Para ello, se está trabajando minuciosamente para evitar que quede cualquier orificio.
Nidos de vencejos
Tan solo se han mantenido las cavidades más pequeñas, en las que anida el vencejo, una especie protegida que ha encontrado en este espacio un sitio idóneo para su reproducción. Según se explicó, en la zona intervenida se han mantenido una cincuentena de estos pequeños agujeros, en las juntas de los sillares.
De hecho, la presencia de esta especie está condicionando en cierto modo la obra. Los trabajos tenían que interrumpirse cuando habían acabado de empezar, ya que coincidió con la nidificación, y se espera que toda la parte exterior pueda acabar en marzo de 2024, cuando se iniciará la nueva temporada.
Esta es la actuación más importante de estas características que se está llevando a cabo en este monumento. Esto ha permitido que la instalación del andamio de grandes dimensiones alrededor de la estructura haya permitido profundizar en el conocimiento de una torre de origen romano, que posteriormente se convirtió en residencia noble y más tarde en caserna militar y prisión.
La intervención ha permitido que hayan aflorado un conjunto de marcas ocultas en las piedras, que corresponderían a señales de los picapedreros hechos en el periodo medieval. Aunque también se han localizado otras «con un sentido más esotérico y místico», en las que pueden apreciarse formas como estrellas.
Asimismo, la limpieza de las piedras también ha puesto de manifiesto los agujeros de los proyectiles de la Guerra del Francès, que en este caso no se sellarán, ya que explican la historia de esta ciudad.
Con todo, la arqueóloga municipal, Pilar Bravo, explicó que la intervención está permitiendo «extraer el máximo de información posible desde un punto de vista histórico y arqueológico», lo que permitirá complementar los estudios existentes, con las nuevas informaciones.
A partir de la semana que viene empezará a desmontarse el andamio en su parte superior. La estructura metálica se trasladará hasta la fachada de la plaza del Rei, la tercera en la que se intervendrá, ya que son las que estaban es un peor estado de conservación.
La intervención –a cargo de la empresa Rècop Restauracions Arquitectòniques– supone una inversión de unos 800.000 euros, de los cuales 200.000 los ha aportado la Generalitat, mientras que el Estado pagó la redacción del proyecto. Aquí hay que sumarle los 260.000 euros para la restauración del sarcófago de Hipólito.
El concejal de Patrimoni del Ayuntamiento de Tarragona, Nacho García, puso en valor que este proyecto supondrá «un cambio sustancial» en este entorno. A la mejora de tres de las fachadas exteriores de esta torre hay que sumarle la reforma integral del Museu Nacional Arqueològic de Tarragona (MNAT), que tiene previsto abrir sus puertas en 2025.
El responsable municipal de patrimonio anunció que esta intervención se complementará con la restauración de las escaleras desde la plaza al Pretori, que «no constituyen un peligro para las personas, pero están muy degradadas». Al respecto, se ha presupuestado una partida de 120.000 euros. Con todo, García aseguró que «a partir de 2025 tendremos una nueva Plaça del Rei». Falta por conocer si aquí deberá incluirse el proyecto pendiente de resolución que se presentó a los Next Generation.