Carlos Prieto echa agua al vino en su visita a Tarragona

El delegado en Catalunya no se moja ni con el consorcio patrimonial ni con la biblioteca provincial ni con los traspasos de carreteras

17 febrero 2025 20:15 | Actualizado a 17 febrero 2025 22:49
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El mismo día que Estado y Generalitat musculaban el traspaso de Rodalies, en Tarragona la visita del delegado del Gobierno en Catalunya –Carlos Prieto– ha dejado más preguntas que respuestas y, sobretodo, muchas dudas y demasiado escepticismo.

A diferencia de la reunión de octubre en el Palau de la Generalitat con el President Salvador Illa –en la que se desbloquearon temas de primer nivel como la Tabacalera o la construcción de 200 viviendas sociales–, este lunes el máximo representante del Estado en el Principat no se mojado ni en el agua. Ni lo ha hecho con el consorcio patrimonial que impulsa el alcalde Viñuales –que dice que «estudiará»– ni con los carriles bici que dependen de un traspaso de carreteras que se queda sine die: «se hará, pero no puedo dar un calendario», ha indicado.

Además, Prieto se ha «borrado» del mapa sobre la esperada biblioteca provincial, que el Ayuntamiento quiere que se ubique en la Tabacalera. En resumen, ha hecho un Urtasun en toda regla: mientras que el ministro vino a Tarragona a hablar solo del Museu Nacional Arqueològic, el delegado en Catalunya ha visitado la ciudad solo para anunciar a la nueva subdelegada. Sin más.

Anuncian la subdelegada... sin la subdelegada

«Estoy muy contento de estar en esta magnífica e imperial ciudad como es Tarragona, que desde el Gobierno apoyaremos en todo lo que sea posible», ha dicho Prieto tras una reunión de cuarenta minutos. Buenas palabras sin, de momento, hechos constatables. Esto sí, ha quedado claro que la designación de la subdelegada no ha sido una prioridad: se ha tardado 111 días en encontrar un relevo a Santi Castellà.

Más allá del fondo del encuentro, las formas también han sorprendido. Y más entre dos instituciones de primerísimo nivel como son el Estado y el Ayuntamiento de Tarragona.

Muchas son las preguntas que a uno le vienen a la cabeza tras el acto de este lunes. ¿El anuncio del nombramiento de Elisabet Romero como nueva subdelegada provincial debía esconderse en el marco de una visita al alcalde de Tarragona en la que se habló de muchos otros temas? ¿La designación de la nueva subdelegada no merecía una rueda de prensa específica? ¿La comunicación del relevo de Santi Castellà no debería haberse hecho desde las dependencias del Estado y no en un monumento municipal? Y la pregunta más importante: ¿Por qué el anuncio de la nueva subdelegada se hace sin la presencia de la propia Elisabet Romero? Lo dicho, una visita que echa agua al vino.

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