La resignación sigue muy presente en los trenes de uno de los primeros servicios matutinos de la R15 entre Riba-roja d’Ebre y Barcelona. En Reus, menos pasajeros de lo habitual han sufrido un retraso de veinte minutos en la salida, en uno de los trayectos más afectados por las obras de Roda de Berà.
Como parte del plan alternativo, los trenes pasan por Picamoixons, donde realizan una maniobra que alarga el viaje. Tres días después del inicio del plan, sigue sin convencer a muchos usuarios, quienes, cargados de paciencia, optan por tomar el tren antes o buscar otras formas de llegar a la ciudad condal. “Paso más horas en el tren que en el trabajo”, lamenta Gregori Salvat, quien trabaja media jornada en Barcelona y pasa entre cinco y seis horas diarias en el tren.
El plan alternativo de Renfe, implementado debido a las obras en el túnel de Roda de Berà, sigue generando retrasos y descontento entre los usuarios de la línea R15. Este jueves, el tren que salía de Riba-roja d’Ebre y hacía parada en Reus registró un retraso de veinte minutos en su salida, agravando la situación de los pasajeros que ya ven cómo los tiempos de viaje se han alargado considerablemente. La maniobra en La Plana-Picamoixons para evitar las obras y otras paradas inesperadas han contribuido a un aumento de los tiempos de viaje, con pasajeros que llegan a Sant Vicenç de Calders más de veinte minutos tarde.
Usuarios habituales, como Josep Maria Llorach, lamentan que el nuevo plan alternativo implica una pérdida significativa de tiempo, haciendo que ya no se pueda confiar en los horarios para llegar a Barcelona. Otros, como Joan Pretus, aseguran que el trayecto entre Reus y Barcelona se ha alargado hasta tres horas o más, obligándoles a salir con mucho margen para no llegar tarde al trabajo o a sus obligaciones. También hay pasajeros, como Francisco de Móra la Nova, que tienen que madrugar mucho más para asegurarse de que llegan a tiempo a sus citas médicas en la capital catalana.
Muchos viajeros están planteándose alternativas, como sacarse el carné de conducir o usar el coche privado, ante la falta de confianza en el servicio de tren. El caso de Pau Belchi, un estudiante universitario, es un ejemplo, ya que prevé obtener el carné de conducir para evitar los constantes problemas del servicio ferroviario. Otros, como Ariana Fernández, aún confían en el tren, pero consideran cambiar al transporte privado si no mejora la puntualidad.
En definitiva, el trayecto en la R15 desde Reus a Barcelona se ha convertido en una experiencia frustrante para los usuarios, con un aumento del tiempo de viaje que puede llegar a sumar una hora adicional. Algunos, como Gregori Salvat, que pasa más horas en el tren que trabajando, consideran que esta situación no es sostenible a largo plazo y ya se plantean cambios drásticos en sus vidas, como cambiar de trabajo o buscar alternativas de transporte más fiables.