Acuerdo entre el Estado y la Generalitat para la construcción de la futura estación intermodal, que finalmente se ubicará en el término municipal de Vila-seca, en la intersección de vías entre el Corredor del Mediterrani y la línea convencional Tarragona-Reus. Esta es la opción que finalmente seguirá adelante y que cuenta con el beneplácito de los alcaldes de Tarragona, Reus, Vila-seca, Cambrils, Salou y La Canonja.
Los detalles del proyecto se darán a conocer esta mañana en una reunión que tendrá lugar en la subdelegación del Gobierno en Tarragona. Esta estará encabezada por el secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Xavier Flores, junto con el secretario general de la Vicepresidència, Polítiques Digitals i Territori de la Generalitat de Catalunya, Ricard Font. También está prevista la presencia del subdelegado del Gobierno, Joan Sabaté, además del director general de Infraestructures, David Prat, la presidenta de la Diputació, Noemí Llauradó, y los seis alcaldes que forman parte del Pacte d’Infraestructures.
La opción de Vila-seca surgió en una reunión el pasado 2 de agosto, cuando el Ministerio y la Generalitat abordaron el proyecto de ampliación del aeropuerto de El Prat. En aquellos momentos, el Gobierno Central puso encima de la mesa esta posibilidad, que se había estudiado detenidamente por parte de la ingeniería Ineco y que, en un primer momento, fue valorada con buenos ojos desde la administración catalana, siempre y cuando generase el «consenso suficiente» en el territorio. Asimismo, desde el Govern se exigió que el tiempo de recorrido entre el aeropuerto y la futura terminal ferroviaria no se alejase de la alternativa que se planteaba inicialmente, junto al aeropuerto de Reus.
Durante estos meses la Generalitat ha estado hablando con cada uno de los alcaldes para recoger sus opiniones sobre al respecto. En paralelo, desde el Ministerio se ha ido perfilando la propuesta para buscar un encaje técnico, que se ha acabado de ajustar con las aportaciones del ente autonómico, lo que ha permitido que finalmente todas las partes hayan acabando sintiéndose cómodos con el resultado final.
Entre los elementos que se han tenido en cuenta, es que esta ubicación preserva el acuerdo alcanzado en agosto, con la apuesta por un gran aeropuerto en Barcelona, que se complementará con las terminales satélite de Reus y Girona, ambas conectadas con alta velocidad. En este caso en concreto, la estación se ubicará a unos tres kilómetros del aeródromo reusense. La distancia es ligeramente superior al proyecto inicial, a pesar de que el escenario primero tampoco preveía una terminal anexa, de forma que los viajeros pudieran bajar del avión y salir con sus maletas a coger el tren, sino que estaba en unos terrenos ubicados al norte de las pistas, a una distancia de unos 2,5 kilómetros.
Asimismo, se ha valorado que la alternativa de Vila-seca ofrece una mejora de las conexiones ferroviarias para el territorio, ya que la nueva estación estará conectada con el tren convencional, lo que permitirá llegar tanto desde Tarragona como desde Reus, lo que incrementa exponencialmente la demanda y refuerza el papel de centralidad que se le quiere dar. De esta forma, un tarraconense podrá coger el tren en la estación del Passeig d’Espanya, bajarse y hacer transbordo en Vila-seca para subir al AVE y llegar a Barcelona en 45 minutos. E incluso, cuando el ancho mixto con el tercer carril esté instalado, no tendrá ni que bajarse del tren.
También se facilitarán los desplazamientos en tren para los viajeros reusenses que, ya sea desde la estación actual o de la nueva que tiene que construirse en Bellisens, también podrán llegar a Baracelona con un tiempo de recorrido inferior al actual.
La solución que se propone se ha estudiado a partir del modelo de estación que hay en la ciudad francesa de Valance, que es un importante nudo de comunicaciones, con una terminal a dos niveles en una intersección de vías como el existente en nuestro territorio.
Los costes y el calendario para la construcción de la nueva infraestructura se conocerán esta mañana. Pese a ello, tanto el territorio como el Govern de la Generalitat valoran positivamente que finalmente se desencalle este proyecto, que estaba en un cajón desde 2010. Y es que esta fue una de las obras que se paralizó con la crisis económica de 2008, que obligó a un importante recorte presupuestario en materia de inversiones. En este caso, la decisión se tomó cuando los trabajos ya se habían iniciado y la empresa Ferrovial ya había comenzado el movimiento de tierras en el espacio junto a la T-11 en el que debía levantarse el nuevo edificio.
Con un presupuesto de 55,42 millones de euros, la previsión era que esta entrara en funcionamiento a lo largo de 2012. Durante estos años se ha estado presionando mucho desde Reus, y sobre todo desde la Cambra de Comerç de este municipio, para retomar un proyecto que se espera que ayude a levantar el vuelo al aeropuerto.