25N: Cuando la fuerza para resistir se teje puntada a puntada

Un proyecto de Creu Roja une a mujeres de diferentes edades y procedencias que han sido víctimas de violencia junto a voluntarias y técnicas. Hoy han dedicado las estrellas que han tejido a las que ya no están

25 noviembre 2024 17:24 | Actualizado a 25 noviembre 2024 18:43
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Badia lleva cinco años vinculada a Creu Roja, primero como usuaria y ahora como voluntaria. Cuenta que sin las mujeres que están sentadas hoy en círculo le habría resultado imposible llegar al estado de tranquilidad y felicidad en que se encuentra hoy. «Son mi familia», resume.

Badia, madre de cuatro hijos, fue víctima de violencia de género y ahora colabora con el equipo que se dedica a acompañar a otras mujeres que han pasado por lo mismo que ella.

Hay que recordar que Creu Roja es la entidad que gestiona Servicio Telefónico de Atención y Protección para Víctimas de la Violencia de Género (ATENPRO). Se trata de un dispositivo móvil geolocalizado con el que la mujer, ante una situación de emergencia, puede llamar a un centro de atención 24 horas desde el que se movilizarán los recursos necesarios, incluido el aviso a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

Pero estar mínimamente a salvo es apenas una parte de la recuperación, como explica una técnica, por lo que ofrecen también asesoría psicológica, talleres de alfabetización, cursos de castellano y catalán, yoga, excursiones...

Badia agradece toda la ayuda que ha recibido, pero sobre todo, la compañía de otras mujeres a quienes ve pasar por todas las fases del proceso: desde la inocencia a la rabia, el miedo, el dolor y el empoderamiento. «Es increíble cuando las ves llegar al principio y cómo están al cabo de un año... Son personas completamente diferentes», relata.

Lo cuenta mientras vemos pasar el discreto desfile de mujeres que la van abrazando. En muchos casos, como el suyo, no es fácil encontrar con quien hablar en confianza de lo que les está pasando. Muchas tienen a sus familias fuera y no quieren preocuparlas en la distancia. «Entre nosotras mismas conseguimos resolver muchas cosas, nos vamos haciendo fuertes», señala.

A todas las actividades que suelen hacer sumaron hace unos meses unos ratos para tejer a ganchillo. En esos momentos participan no solo las usuarias, sino también técnicas y voluntarias de Creu Roja de todas las edades y procedencias.

Una estrella por cada víctima

Esta mañana era el momento de hacer visible lo que han ido tejiendo durante sus encuentros. Durante un rato han sido las protagonistas de una performance que ha tomado la plaza central del Campus Sescelades de la URV.

Acompañadas de una violinista y una bailarina han ido tejiendo un vestido simbólico al que han ido cosiendo estrellas de ganchillo para recordar a las mujeres víctimas de violencia. Las van nombrando, una por una, a la par que dan cuenta de la forma en que murieron: apaleada, estrangulada, acuchillada, atropellada, degollada... La entereza de las mujeres del círculo es sorprendente, pero de vez en cuando la emoción se escapa en forma de alguna lágrima ante tanta crueldad.

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