Un hombre de 72 años ha matado a sus dos nietos, de 10 y 12 años, y se ha suicidado con una escopeta de caza después de haber permanecido toda la noche atrincherado con ellos en una vivienda de Huétor Tájar (Granada), que ha decretado tres días de luto oficial y afronta con incredulidad y dolor esta «tragedia inesperada».
Todo comenzó la noche del domingo en la vivienda del atrincherado, ubicada en un edificio de este municipio del Poniente de Granada de algo más de 10.000 habitantes en el que también residía su yerno y padre de los menores con sus dos hijos.
A la decisión del hombre de atrincherarse precedió una fuerte discusión con su yerno, que abandonó la vivienda cuando aquél sacó un arma de fuego, situación de la que alertaron los vecinos al 112, que dio aviso a la Guardia Civil, ha informado a los periodistas el delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández.
Agentes de la Unidad Especial de Intervención (UEI) se desplazaron desde Madrid junto a un mediador que durante la madrugada estuvo negociando «casi permanentemente» con él hasta que sobre las 5:00 horas el hombre les dijo que dejaba de hablar porque en un rato tenía que preparar a los menores para el colegio y el instituto.
Los agentes confiaron y se mantuvieron a la espera con vigilancia permanente, pero al ver que en torno a las ocho de la mañana no se producía movimiento alguno y los niños no salían de la vivienda, accedieron a ella sobre las 8:25 horas.
Fue justo en ese momento cuando el abuelo se suicidó con el arma de fuego, una escopeta de caza para la que tenía licencia y que no soltó en ningún momento. Incluso llegó a lanzar dos disparos al aire desde la ventana cuando llegaron los agentes para advertirles de que estaba armado, según el delegado.
Una vez en el interior, los agentes hallaron sin vida a los menores en dos habitaciones distintas. Solo uno de ellos presentaba herida por arma de fuego. El otro, según han indicado a EFE fuentes próximas a la investigación, pudo morir por asfixia.
A falta de los resultados de la autopsia, que determinará las causas y la hora exacta de la muerte de los menores, los investigadores trabajan con la hipótesis de que el homicidio de ambos se produjo horas antes, han indicado a EFE fuentes de la investigación.
Una familia del pueblo marcada por la tragedia
Aunque el delegado del Gobierno ha manifestado que «no es determinante para la investigación de estos hechos», sí ha confirmado que la esposa y la hija del presunto homicida -abuela y madre de los menores- fallecieron el pasado mes de marzo en un accidente de tráfico en Loja (Granada), un municipio próximo a Huétor Tájar.
Aquel accidente se produjo como consecuencia de la colisión contra un muro del coche que ocupaban, que era conducido por el abuelo, quien al parecer tuvo un desmayo. En el vehículo también viajaban sus nietos, que resultaron heridos.
El presunto homicida, jubilado de una empresa de áridos, estaba recibiendo atención especializada por los problemas de salud mental que arrastraba desde el accidente, del que se sentía «culpable», según ha indicado el alcalde de Huétor Tájar, Fernando Delgado, que ha añadido que nadie pudo pensar que la situación familiar pudiera llegar «a este extremo».
Algunos vecinos han relatado que su yerno, un administrativo que trabaja en el instituto del municipio donde estudiaba el mayor de sus hijos y que hoy permanecía sedado y bajo vigilancia sanitaria tras lo ocurrido, no quería que nietos y abuelo compartieran mucho tiempo.
«Eran familias normales, humildes, trabajadores, buenos vecinos», ha resumido el alcalde, que como ejemplo del apego del abuelo con sus nietos, ha explicado que este pasado viernes el mayor de los dos menores participó en una carrera organizada por el instituto por las fiestas de San Isidro, que también se han suspendido.
El niño, en silla de ruedas por las secuelas que aún arrastraba del accidente, participó en la carrera empujado por sus compañeros de instituto y seguido de cerca en bicicleta por su abuelo.
«Han sido casi doce horas en vela, todos intentando encontrar una solución para que salieran los niños y tener un desenlace feliz, pero no ha podido ser», ha lamentado el alcalde de este municipio en el que las banderas ondean a media asta.
Cuatro especialistas en este tipo de casos se han trasladado al colegio y al instituto en el que estudiaban los menores para ofrecer atención psicológica y ayudar a la gestión del duelo a los compañeros de los dos menores.
Minuto de silencio
Alrededor de 2.000, según la Policía Local, han guardado la tarde de este lunes un minuto de silencio en Huétor Tájar (Granada) por los dos hermanos de 10 y 12 años a quienes su abuelo ha matado antes de suicidarse con una escopeta de caza tras atrincherarse con ellos en su casa durante toda la noche.
Durante la concentración, llevada a cabo en la plaza del Pósito, la primera teniente de alcalde, María Dolores López, ha lamentado este suceso que «ha llegado al corazón de toda España». «Ahora hay que darle toda la fuerza al padre -de los menores-, que la va a necesitar», ha señalado.