Los ruidos oídos de días anteriores y los temblores acompañados de grietas en los pisos del número 3 de la calle Unió de Tarragona tenían una razón de ser: el edificio no está en condiciones y hay riesgo de hundimiento.
Es un inmueble antiguo de cinco plantas y bajos a pie de calle. Incluso el vecindario ya había informado de las anomalías al administrador de fincas semanas atrás.
Los vecinos, hartos, llamaron a un albañil para que diera su opinión de lo ocurrido tras la aparición de grietas y temblores en las paredes. El profesional ha visto que las deficiencias y el derrumbe de la cubierta. La viga maestra del techo se había hundido por su mal estado. Los depósitos de agua, con capacidad para 2.000 litros, han ‘ayudado’ a que la cubierta se viniera abajo. Ante esta situación, ha alertado al vecindario del riesgo que corría el inmueble.
El mismo albañil ha llamado al teléfono 112 a las 14.23 horas. La llamada de emergencia ha activado a los Bombers, a la Guàrdia Urbana de Tarragona, patrullas de Mossos y ambulancias del SEM.
Además, han acudido, a esta punto de la calle Unió, técnicos municipales para comprobar la estabilidad del inmueble y también trabajadores de la empresa Ematsa para poder vaciar los 2.000 litros de agua que habría dentro de los depósitos de la cubierta y reducir el exceso de peso en la parte superior del inmueble.
A Tarragona, #Bomberscat hem desallotjat preventivament els números 3 i 5 del c/Unió a causa d'esquerdes (avís 14.23 h) La jàssera del pis superior del número 3 ha cedit sota el pes dels dipòsits d'aigua. El Grup d'Estructures Col·lapsades #GREC estan revisant l'afectació pic.twitter.com/qRMJMKvVAb
— Bombers (@bomberscat) September 16, 2024
Incluso el alcalde Rubén Viñuales se ha acercado hasta el número 3 de la calle Unió para preocuparse por los vecinos y conocer de primera mano qué ocurría.
Las 13 familias de los dos inmuebles han sido desalojadas y alejadas de la calle. Mientras, Bombers y técnicos municipales expertos en arquitectura han entrado para comprobar la seguridad del inmueble. La estructura es vulnerable y el riesgo de derrumbe es factible. Más tarde se ha dejado que los vecinos del número 5 volvieran a sus casas.
De las 13 familias desalojadas, 3 habían pedido inicialmente al Ayuntamiento un realojo urgente. Finalmente, solo las 8 personas del número 3 dormirán en casa de amigos y familiares ante el riesgo que todavía existe en el edificio.
Fuentes de Bombers han señalado tras ver el estado del edificio que el motivo de estas grietas y el derrumbe de la cubierta sería consecuencia de la rotura de la jácena (viga maestra de un edificio que sirve para soportar cargas y distribuirlas hacia otros elementos, como columnas o pilares).
Poco después de las 17 horas, llegaba un camión con el Grup d’Estructures Col·lapsades (GREC) de Bombers. Ellos han sido los encargados de entrar en el inmueble y revisar lo ocurrido. Y ellos han hecho una primera estimación y han recomendado la evacuación total de los dos inmuebles.
El jefe de intervención de los Bombers, Robert Zaera, ha reconocido que existe peligro de derrumbe en la última planta del edificio, la quinta. Y que este hundimiento pueda terminar afectando a las plantas inferiores.
Por esta razón, el objetivo de Bombers (con la ayuda de la Brigada de Intervenció Ràpida del Ayuntamiento de Tarragona) es apuntalar la última planta y evitar este derrumbe del inmueble. Se apuntalará y se valorará después si el edificio.
A lo largo de la tarde, los vecinos del número 5 han podido volver a sus casas. El apuntalamiento del inmueble vecino ha garantizado la seguridad para volver a entrar a sus casas. Así, las personas que pasarán la noche fuera son 7 personas que residen en el número 3 de la calle Unió.
El alcalde Rubén Viñuales, que ha estado siguiendo a pie de calle las evoluciones de este incidente, ha admitido que «no parece que el edificio sea habitable durante un tiempo hasta que se haga una intervención».
Ha habido un tercer desalojo en el número 26 de la Rambla Nova, que hace esquina con la calle Unió. En este caso, el edificio presenta garantías y se ha permitido a los vecinos volver a sus casas tras una comprobación de seguridad.
La calle Unió ha quedado cortada en su conexión con la Rambla Nova. El vial ha permanecido así mientras se trabajaba en la zona. Luego, el Ayuntamiento ha informado que se reabría al tráfico, pero con un carril más estrecho por seguridad.