Pablo Pedro González es uno de los nombres propios del fútbol formativo en Tarragona. Desde el 2003 es el presidente y entrenador en las categorías inferiores de La Floresta. Allí pasa casi todas sus tardes tras las mañanas trabajando en el Port de Tarragona. Dos lugares que junto a su familia representan los pilares básicos de en su vida diaria.
Dicenueve años han pasado ya desde que decidió crear su propia escuela de fútbol formativo en La Floresta. En este tiempo, la cantera florestina ha pasado de solo cinco a 24 equipos que compiten casi en su totalidad en la categoría de Preferente. Para él supone todo un orgullo tal y como confiesa: «En un club tienen que ir todos de manera estricta y con un buen seguimiento. Tengo gente de todos los barrios desde hace muchos años trabajando conmigo. Yo llevo el timón y eso me hace comerme mucho la cabeza y echarle muchas horas, pero es que el fútbol me encanta».
Si por algo destaca el club florestino es por su ambiente familiar. El fútbol importa, pero que los niños estén bien es una prioridad, tal y como revela el presidente: «A los niños tienes que implicarlos y que se sientan a gusto. Es la única manera de que no se vayan».
Pablo Pedro comenzó entrenando en la Salle Torreforta con solo 16 años y luego pasó por otros clubes de Ponent como la Canonja o el Torreforta hasta que llegó a la Floresta en el 2003. «En ese momento estaba en el Torreforta y vi cosas que me hicieron decidirme a crear mi propia escuela y pensé en la Floresta porque había jugado allí y solo tenía un primer equipo», explica Pablo Pedro González.
Su amor con el fútbol nació como jugador, pero ya son más de 40 años los que lleva sentados en un banquillo y en los que ha dirigido en todas las categorías, desde prebenjamín hasta amateurs. Incluso ha sido entrenador de los alevines de la selección catalana durante ocho años en los que dirigió a jugadores locales de renombre en la actualidad como Kiko Casilla o Aleix Vidal, entre otros.
Actualmente entrena al prebenjamín A de La Floresta, del que habla con pasión en todo momento: «Yo a mis niños les enseño a jugar a fútbol y les doy mucha personalidad. Quiero que tengan carácter. De pequeños tienen que comenzar a aprender. Y siempre les insisto en que para llegar alto en el fútbol tienes que dejarlo todo y hacer bondad porque si llegas, luego lo tienes todo».
Por La Floresta han pasado ya varios niños que hoy en día son profesionales del fútbol como Pepín, Fran Álvarez, Moha El Ouriachi. El buen hacer de la cantera florestina, con Pablo Pedro de presidente y Luis Álvarez de coordinador, ha provocado que el Villarreal haya firmado un acuerdo de colaboración con la entidad florestina desde hace tres años.
Su relación con los grandes clubes no acaba ahí, también mantiene buena relación con ojeadores del FC Barcelona, el RCD Espanyol y el Real Madrid. De hecho, todavía recuerda cuando consiguió traer a La Canonja en un torneo que organizó cuando era coordinador de aquel club al Juvenil A blanco: «Yo traje a Casillas, Pavón y Aganzo en un torneo de la Canonja con el Juvenil A del Real Madrid que ganaron las blancos en la final al Atlétic La Salle».
Tantos años de experiencias y contactos permiten a Pablo Pedro hablar con autoridad y lanza una reflexión muy sincera sobre el fútbol actual en la ciudad: «En el fútbol no hay unión. Todo el mundo mira por él. Esto pasa en el fútbol de Tarragona en el que todos los clubes somos egoístas, anteponemos lo individual a lo colectivo. Luego ves a la Barcelona y son un piña. Yo ya tengo claro que en el fútbol no tengo amigos».
En el horizonte ve un sueño para su club, La Floresta: «Ojalá pudiese montar un gimnasio para los chavales, pero eso todavía no se puede hacer por tema de presupuesto. Lo que sí que hemos conseguido hacer es un aula en el que los niños pueden hacer los deberes y los entrenadores dan las charlas tanto de grupo como tácticas».
