«Es imposible encontrar un piso asequible, los alquileres están disparados y piden tener un contrato indefinido y que el precio del alquiler represente el 30% del sueldo... ¿Quién tiene ahora mismo un contrato de este tipo?». Ésta es la reflexión que hacen dos jóvenes reusenses que, actualmente, están en la cuerda floja. Nuria (nombre ficticio) tenía que ser desahuciada el próximo lunes, aunque, de momento, ha quedado aplazado, según cuentan desde el Sindicat de l’Habitatge de Reus. En el caso de Natalia (nombre también ficticio), el desahucio se prevé para el 9 de mayo. Ambas tienen menores a su cargo y están desesperadas. Ven el futuro muy negro y sus hijos se dan cuenta de ello: «Me preguntan que qué haremos, si nos quedaremos en la calle... Es muy duro que un hijo te diga esto», lamentan.
Natalia cuenta que actualmente trabaja a media jornada y que percibe parte de la Renda Garantida de Ciutadania. Con ello, no tiene suficiente para hacer frente a los gastos de la vivienda, «porque si lo hiciera, me quedaría con 100 euros para comer todo el mes... No se puede», lamenta Natalia. Es por ello que dejó de pagar el alquiler y la propiedad – que es un particular– denunció. Tenía que ser desahuciada este mes de abril, pero quedó aplazado hasta mayo por su situación de vulnerabilidad. Explica que ha buscado sin éxito alguna alternativa habitacional asequible, «pero es imposible, incluso los estudios (vivienda sin habitaciones) son caros y tampoco es una opción... Tengo niños, no podemos estar sin habitaciones», exclama Natalia que subraya que lo que pide es «un alquiler acorde a los ingresos».
Idea que suscribe Nuria. Ella hace unos meses que está en el paro y tiene tres hijos. Detalla que está cobrando 670 euros, mientras que el alquiler son 466. No le salen las cuentas. ¿Quién ampara a las familias monoparentales? Se pregunta Nuria, quien se ha visto avocada a esta situación de forma repentina, después que el padre se haya desentendido de sus hijos y ella quedarse sin empleo. Nuria, igual que Natalia, ha buscado incansablemente pisos alternativos, «pero no hay nada por debajo de los 400 euros», lamenta.
Tampoco se pueden plantear comprar un piso «porque no podemos pagar una entrada». En cuanto al parque de viviendas sociales de la ciudad denuncian que es muy escasa: «Desde Serveis Socials ya te dicen de entrada que no hay viviendas disponible y que te apuntan a la lista de espera... ¡Pero no podemos esperar!», exclaman ambas, que tienen en la cabeza que para mayo tienen programado el desahucio.
Viven intranquilas, con un horizonte totalmente borroso. «Si nos echan, nos darán una alternativa habitacional, que será una pensión, que no es lugar para niños... Pero es algo muy temporal, no te ayudan a buscar piso y después te echan y te dejan a la calle», dicen horrorizadas.