Resulta imposible dar la espalda a los innumerables beneficios que tiene realizar actividad física y ejercicio de forma regular para la salud. El ser humano no deja de ser una especie animal más y necesita estar activo. Todas las personas se enriquecen con la práctica del ejercicio, independientemente de la edad que tengan, el sexo o su capacidad física; además, la buena noticia es que nunca es demasiado tarde para empezar: sólo hay que encontrar el deporte o la actividad física que nos agrade más y sea el más adecuado para cada uno de nosotros.
Algunos de estos beneficios físicos son reducir el riesgo de padecer enfermedades del corazón, controlar los niveles de azúcar en sangre, perder peso y prevenir la obesidad, minimizar el riesgo de sufrir determinados tipos de cáncer, conseguir dormir mejor, fortalecer músculos y huesos, reducir el riesgo de caídas, aumentar nuestra calidad de vida o controlar enfermedades como la artritis, la diabetes tipo 2, la presión arterial alta o los accidentes cerebrovasculares... Pero, además, realizar ejercicio también provoca un impacto positivo en nuestro estado de ánimo, mejorándolo y disminuyendo los niveles de estrés y la posibilidad de padecer depresión, estimulando a su vez las habilidades cognitivas cerebrales.
¿De qué tipo y cuánto?
En la nueva normalidad que nos ha impuesto la pandemia, en la que muchos centros deportivos se mantienen cerrados o con medidas muy restrictivas, hacer ejercicio en casa se ha convertido en un hábito para muchas personas. Las pruebas son arrolladoras: las reproducciones de vídeos de YouTube relacionadas con entrenamientos caseros, la venta de ropa deportiva en marcas de toda clase y las aplicaciones para realizar ejercicios sin salir de casa han tenido un incremento brutal desde el pasado 2020. ¿Pero qué tipo de ejercicio y cuánto se debe realizar?
El Department of Health and Human Services recomienda realizar un mínimo de 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada o 75 minutos a la semana de actividad aeróbica vigorosa, distribuyendo este tipo de ejercicios como puede ser caminar, correr o nadar, a lo largo de la semana.
Los diferentes tipos de ejercicio son beneficiosos para la salud de distintos modos: el aeróbico ayuda a mantener el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos y los músculos sanos; el entrenamiento de fuerza mejora nuestros músculos y los de flexibilidad, como el yoga, son importantes para reducir el riesgo de lesiones y tonificar el cuerpo, además de calmar la mente. El mejor modo de garantizar una forma física global es incorporar cada uno de estos elementos en su rutina de ejercicios.
No obstante, es interesante consultar con nuestro médico antes de comenzar un nuevo programa de ejercicios, especialmente si tienes alguna preocupación acerca del estado físico, llevamos tiempo sin practicar deporte o existen problemas de salud crónicos, como enfermedades cardíacas, diabetes o artritis.