Vecinos de Pratdip y el Grup d’Estudi i Protecció dels Ecosistemes Catalans - Ecologistes de Catalunya (GEPEC-EdC) están en contra de dos parques eólicos proyectados en el municipio. El Ayuntamiento de Pratdip también se ha mostrado contrario a estas instalaciones. Les preocupa la proximidad de los aerogeneradores con algunas viviendas, así como el impacto ambiental que podrían tener las centrales.
La empresa promotora del proyecto, Instalación Solar S.L, quiere implementar un total de 10 aerogeneradores divididos en dos parques eólicos. El que han bautizado como Vandellòs I, tendría 7 aerogeneradores (40MW) y en el que han llamado Vandellòs 3, habría 3 (15,1MW).
Las instalaciones eólicas se ubicarían en el entorno del Puig de la Cabrafiga, cerca de la urbanización Planes del Rei, la urbanización Les Sorts o el Club de Golf Bonmont.
La compañía ha presentado los anteproyectos a la Generalitat, a la Ponència d’Energies Renovables. El organismo deberá decidir si su emplazamiento es viable y analizar su impacto ambiental. En este período previo, la Generalitat hace diferentes consultas a los ayuntamientos y administraciones afectadas.
Ambos parques se pueden ubicar en el Visor Ambiental i Dades d’Energies Renovables de la Generalitat, donde se detalla que están en fase de «tramitación».
Algunos vecinos acusan al Ayuntamiento de «falta de transparencia» entorno al proyectoLos vecinos de Pratdip se enteraron de que había estos dos parques proyectados en el municipio, lo que generó inquietud y preocupación entre la población al no disponer de la información y los detalles de los proyectos.
Algunos vecinos con los que ha podido hablar el Diari acusan al Ayuntamiento de «falta de transparencia», ya que según dicen, «lo han querido llevar en silencio y a espaldas de los vecinos». Y aseguran que no explicaron nada del proyecto hasta que solicitaron la información al consistorio.
Ante el revuelo generado, los vecinos se reunieron para hablar del tema. En el encuentro aseguran que el alcalde no asistió y otros dos concejales comparecieron como oyentes.
El alcalde de Pratdip, Joan Ma Rovira, explica que están analizando los anteproyectos que les ha hecho llegar la Generalitat y están estudiando qué impacto podrían tener para el municipio. El edil defiende que en los próximos días, quieren convocar una reunión con el vecindario donde se explicaran los pros y los contras. «No les hemos querido esconder nada. Escucharemos la voz de los vecinos y defenderemos a la gente del pueblo», dice Rovira.
El Ayuntamiento ya dispone de un primer informe elaborado por los técnicos del Consell Comarcal del Baix Camp. Con la información que tienen, «como Ayuntamiento nos posicionamos en contra», señala el edil.
Desde el consistorio no están de acuerdo con que los aerogeneradores de unos 200 metros se instalen tan cerca de zonas habitadas: «No queremos que perjudiquen a nadie», dice el alcalde. Además, Rovira cree que los proyectos tendrían un gran impacto paisajístico que podría perjudicar la zona como destino rural. El equipo de gobierno quiere dejar claro que no están en contra de las energías renovables pero «estamos en contra de esta instalación tal y como está planteada». En este sentido, el Ayuntamiento estudiará qué se puede hacer y si es necesario, se presentarán las alegaciones pertinentes.
Por su parte, desde el GEPEC, lamentan que en esta ocasión la Generalitat no les hubiera notificado la voluntad de la empresa a implementar estos dos proyectos, ya que «nos dificulta el acceso a la información», dice Xavi Jiménez, presidente del GEPEC.
Precisamente ayer, la entidad ecologista presentó a la Generalitat un escrito de consideraciones, posicionándose en contra de estas dos instalaciones.
Tarragona concentra más del 60% de aerogeneradores que hay en toda Catalunya«Pensamos que no se puede llegar a aprobar porque los impactos son muy bestias», apunta Jiménez. En esta zona, los parques eólicos podrían poner en peligro especies en peligro de extinción como el águila Cuabarrada o el águila Daurada. En el I Congreso Ibérico sobre Energía Eólica y Conservación de la Fauna, se dio a conocer que los 18.000 aerogeneradores que había en todo el Estado español habían provocado la muerte de entre 6 y 18 millones de aves y murciélagos.
Los ecologistas creen que tendrían un gran impacto paisajístico por las dimensiones de los aerogeneradores. Recuerdan que los aerogeneradores de hoy en día tienen 200 metros de altura. Según Jiménez, serían unas instalaciones más altas que la torre Agbar de Barcelona que mide 144 metros, o la Sagrada Família, que tiene alrededor de 172 metros.
El presidente del GEPEC, expone que en los parques planteados en Pratdip en total habría unos 8.377 metros de pistas, y de estos, unos 3.700 metros deberían abrirse de nuevo. Y pone de manifiesto que el proyecto también afectaría al término municipal de Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant, ya que se prevé instalar hasta 6 km de línea eléctrica para hacer llegar la energía generada a la central.
Desde el GEPEC también alertan que los parques podrían tener una afectación de patrimonio arqueológico porque en la zona podría haber un yacimiento ibero que se vería afectado.
Los ecologistas denuncian que a raíz de la aprobación, en noviembre de 2019, del Decreto Ley 16/2019, de 26 de noviembre, de medidas urgentes para la emergencia climática y el impulso a las energías renovables, se ha iniciado una aceleración en la tramitación de proyectos de centrales eólicas y fotovoltaicas. En el Baix Camp ya hay un total de 61 aerogeneradores y en el Priorat 44.
Del total de 811 aerogeneradores que hay en funcionamiento en el territorio catalán, 521 están en la provincia de Tarragona. Más del 60%. En Lleida hay 175 aerogeneradores y en Barcelona 115. En Girona, ni uno solo.
Desde el GEPEC reclaman que las instalaciones de energías renovables se instalen en zonas que ya estén degradadas. Jiménez, recuerda que en Catalunya hay 29.372 hectáreas de polígonos industriales, de las cuales 13.201 se encuentran en el área metropolitana de Barcelona. «En estos polígonos encontramos millones de metros cuadrados de tejados industriales aptos para acoger instalaciones de producción fotovoltaica», dice, y lamenta que las empresas vayan a buscar zonas agrícolas más baratas.
Un nuevo modelo
Los ecologistas insisten en qué no están en contra de las renovables, sino en contra de este modelo. «No puede ser que las empresas marquen las reglas del juego», señala el presidente de GEPEC, que reclama un modelo de implementación de energías renovables «participativo, sostenible, respetuoso con los espacios naturales, la biodiversidad, los paisajes, el patrimonio cultural y los espacios agrarios».