«Estamos muy contentos. Es una alegría. Imprimiremos los carteles y en media hora bajamos y abrimos el local», explicaba Gloria Marín, al frente de la Librería Marisa de Reus, en conversación telefónica minutos después de saber que había vendido un décimo del quinto premio del Gordo.
El negocio, enclavado en el número 5 de la plaza de Gabriel Ferrater, es muy popular en el barrio Fortuny, donde lleva arraigado varias generaciones. El boleto premiado es de máquina.
«Es importante dar visibilidad a los números de máquina y no solo a los décimos. Todos están en el bombo y todos pueden salir», apunta Marín. El afortunado que compró ese 74778 se llevará un pellizco de 6.000 euros. «Ojalá le haya tocado a alguien del barrio. Creo que será algún cliente habitual. Es muy bonito ver las caras de felicidad de la gente cuando ocurre algo así», dice la propietaria del establecimiento, cuyo público se concentra principalmente en la zona.
En 2020, la misma librería ya dispensó otro décimo del quinto de Navidad. Y «en los últimos dos meses, hemos dado dos premios de la lotería nacional, uno en octubre y otro en noviembre. Estamos en racha». En el entorno de Fortuny empieza a calar la fama de este punto de venta y su idilio con la suerte: «La gente viene porque oye que cae aquí». En el bar de la plaza, el Esmar, esperaban a la propietaria para celebrarlo.
«Esta mañana, tras cantarse el quinto, estábamos buscando si lo habíamos dado, pero no lo veíamos, y nos han avisado de la delegación», apunta Marín. Algunos curiosos se han acercado a la librería al conocer que ha dado un quinto. Y no ha faltado el típico baño de cava.
