Los locales comerciales de proximidad son el segundo servicio que más hace falta aumentar y mejorar en el Carrilet, solo por detrás de los equipamientos de salud, siempre según se desprende del proceso participativo llevado a cabo por el Ayuntamiento antes de la transformación urbanística que se ejecutará en la zona. El gobierno ha subido a su portal de participación las conclusiones completas del análisis, cuyos resultados ya se presentaron a grandes rasgos ante la prensa en febrero. A la pregunta sobre qué creen que hay que hacer con los comercios, un 51% de quienes contestaron se mostraron favorables a ampliarlos y un 32,6% apuntó la conveniencia de mejorarlos.
En cuanto a las propuestas de usos de las edificaciones para este ámbito de Reus, el informe recoge 374 sobre comercio. Tienen que ver con kioscos, panaderías, pescaderías, tiendas de ropa o carnicerías y son uno de los grupos más numeroso, atendiendo a la distribución que hace el propio documento, que distingue otras 352 sugerencias de usos socioculturales –una sala de espectáculos, una biblioteca, un centro cívico– o 276 de usos sanitarios y asistenciales –un CAP (que el Ayuntamiento apuntó que podría corresponderse con el desdoblamiento del CAP Sant Pere), un centro de salud mental o uno de planificación familiar–. En el apartado de usos de abastecimiento, que está separado del comercio, se mencionan 10 propuestas vinculadas a un mercado.
Los contratos del Mercat del Carrilet, en prórroga, finalizarán en 2024, coincidiendo con la fecha anunciada para su cierre. Mientras los paradistas se sienten interpelados por los resultados de la consulta e interpretan que la ciudadanía les pide seguir, el gobierno ha asegurado en reiteradas ocasiones que este ámbito de la ciudad Reus «contará con la misma oferta de producto fresco» que dispensa ahora el Mercat, a la espera de que se concrete la fórmula, al menos públicamente.
La barrera con Reus
El informe también permite profundizar en la barrera física o mental que ven casi un 71% de quienes contestan y que separaría el Carrilet del resto de Reus. La sensación de dejadez, la falta de limpieza y el estado de las calles son los aspectos físicos que generan ese pensamiento. Entre los aspectos sociales se encuentran la multiculturalidad o la estigmatización. Eliminar esa barrera es uno de los objetivos de la transformación urbanística.