Reus desviará el tráfico a la periferia para reducir el ruido

El plan de calidad acústica prevé pantallas para evitar atascos en el centro, buses a demanda y controlar el sonido en eventos. Casi el 80% de la ciudad está dentro de los límites europeos

02 noviembre 2021 19:50 | Actualizado a 04 noviembre 2021 06:32
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Casi tres cuartas partes de la población de Reus están expuestas a un nivel de ruido inferior a 65 decibelios, que se reduce a 55 en horario nocturno. El 80% de las calles se encuentran también por debajo de ese umbral considerado de confortabilidad. Así lo recoge la tercera fase del Mapa Estratégico de Ruido del que se ha dotado la ciudad, que señala el tráfico a motor como la principal fuente de problemas en este ámbito y las focaliza, en especial, en las avenidas que atraviesan el municipio. Por eso, reservar el coche para las distancias largas es uno de los objetivos en los que pondrá el foco el Ayuntamiento.

El mapa se acompaña de un plan de acción para abordar las molestias, reducir los niveles de ruido donde sean altos y proteger las zonas tranquilas. Entre las medidas ya en marcha o que el gobierno local prevé desplegar antes de 2023 con la finalidad de mantener a raya el ruido hay algunas ya de sobras conocidas, como la ampliación de la red de carriles bici o el fomento del vehículo eléctrico y el transporte urbano, pero también novedades: desviar el tráfico interno a las afueras con paneles informativos sobre el estado de la circulación para evitar congestiones, ampliar el servicio de bus a demanda o usar limitadores de volumen en los eventos son tres de ellas.

El concejal de Medi Ambient, Dani Rubio, apunta que «el Ayuntamiento está haciendo una puesta al día» en este ámbito y que, con herramientas complementarias a la ordenanza de ruidos como este nuevo plan, «recogemos las incidencias para mitigarlas a través de la pacificación y la peatonalización o ampliando aceras, entre otras cosas».

Para desarrollar la actualización del mapa de la situación acústica actual se realizaron mediciones en siete puntos de Reus durante junio de 2021. Los resultados revelan que «gran parte de la población expuesta a niveles de inmisión de ruido superiores al máximo permitido se encuentra ubicada en arterias principales del municipio como Països Catalans, Sant Bernat Calbó o President Macià». También que «los niveles se mantienen respecto a la anterior medición salvo en la avenida Països Catalans, donde ha aumentado el ruido en tramos centrales de la calle».

Motor y cláxones en las avenidas

«Països Catalans es una avenida muy transitada, una arteria con viviendas a ambos lados, y por eso hay molestias», apunta la presidenta de la Associació de Veïns del barri Immaculada, Esperanza Torrijos, que indica que «por aquí pasan a diario muchos coches y es inevitable que se oiga». «En verano, sobre todo, es cuando se nota más al tener las ventanas abiertas», añade, y precisa que «no es solamente que circulen sino que hay atascos o coches que aparcan en doble fila y eso lleva cláxones, y lo mismo cuando se paran en los semáforos». Por su parte, Pepita Roig, presidenta de la Associació d’Amics del barri Fortuny, expresa que «avenidas como la de Salou son eso, avenidas, no carreteras, y mucha gente pasa por allí a toda pastilla con el ruido que eso trae» mientras que en el centro hay más contención y pocos atascos. Roig precisa que «si el tráfico se desvía a las afueras, habrá que hacer aparcamientos disuasorios y conexiones de bus» y recuerda que «alrededor de las avenidas viven muchos vecinos a los que cuidar».

Para abordar específicamente el ruido que se desprende del tráfico, el plan de acción para la mejora de la calidad acústica en Reus dedica un apartado a la reducción del uso del transporte motorizado en circulaciones internas. En este sentido, el Ayuntamiento se encuentra «trabajando desde 2016 en la implantación de carril bici en la ciudad, que debería ir aumentando progresivamente». Además, «realiza campañas de sensibilización hacia el uso del vehículo eléctrico» y se ha propuesto «fomentar el uso del transporte público». En este sentido, el documento destaca la «compra anual de rótulos electrónicos de paradas para notificar el tiempo real de llegada» y el «bus a demanda», con el que «a través de monolitos, el usuario solicita el desvío del bus de su ruta para recogerlo». La concejala de Urbanisme, Marina Berasategui, explicaba en una entrevista reciente a este rotativo que «Reus Transport está explorando mecanismos para implantar el bus a demanda porque hay zonas donde solo podría funcionar eso. Nos fijamos en sistemas de otras ciudades o combinaciones con otros transportes, como el taxi». «Pero venimos de una pandemia y acabamos de recibir ayudas del Estado para cubrir todo el déficit. No es inmediato, pero está claro hacia dónde crecer», añadía.

Por otro lado, y en el capítulo de la adecuación de infraestructuras viarias, el plan del Ayuntamiento prevé la «creación de zonas de circulación a 30 km/h», la «ampliación de aceras y calles de plataforma única con el objetivo de pacificar el tráfico y fomentar la movilidad a pie u otros modos de transportes» y el uso de paneles informativos para desviar el tráfico interno hacia las afueras de Reus.

Vinculado al mapa estratégico, se ha previsto también un capítulo dedicado al uso obligatorio de limitadores de ruido en espectáculos al aire libre, ya que «suelen ser motivo de quejas por parte de los vecinos del entorno». Por eso, además de controlar los niveles ‘in situ’, el gobierno definirá los actos que requieran contar con estos limitadores e informará a las entidades habitualmente implicadas en este tipo de eventos sobre su necesidad y manejo. En el período 2013-2018, se emplearon un total de diez, dos en el Parc de la Festa.

Un registro unificado para quejas

En cuanto a los recursos de los que la ciudadanía dispone para resolver situaciones de ruido, «cada departamento del Ayuntamiento cuenta con un protocolo adecuado para el registro de quejas» pero «esta gestión no está unificada de manera interdepartamental y eso dificulta mantener un control exhaustivo de la cantidad de quejas, su evolución con el paso del tiempo o el foco denunciado». Por eso, se avanza en un sistema unificado y un «protocolo de funcionamiento del mismo registro para seguir los mismos criterios».

Además, y «por la detección de carencias constructivas que afectan a la eficiencia acústica en las instalaciones y labores de mantenimiento de varios espacios y equipamientos municipales, se considera necesario definir una serie de criterios básicos a seguir a la hora de hacer estas tareas para evitar posibles denuncias posteriores» y «se redactará una guía para que las empresas la puedan seguir». Finalmente, está previsto elaborar más adelante el mapa de ruido 2022-2027 y, durante 2023, también un plan de acción contra la contaminación acústica. El actual plan contempla acciones vinculadas a la contención del ruido por valor de alrededor de 5,5 millones de euros, sin tener en cuenta las que se ejecuten a costes internos.

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