Siete años después de lanzar la marca ‘Reus Smart City’, el Ayuntamiento avanza en su estrategia ‘smart’ con la puesta en marcha de nuevos proyectos. Los últimos que ya han prosperado guardan relación, a grande rasgos, con la movilidad, la conectividad, la energía y el medioambiente. Y otros se están desarrollando ahora: por ejemplo, la nueva contrata de basuras dispondrá de una plataforma y un sistema de sensores que permitirán auditar su funcionamiento y en el skatepark que se está construyendo se instalarán mecanismos de riego inteligentes.
El gobierno, tal como apuntan fuentes municipales, trabaja en ocho líneas vinculadas a la ampliación de la cobertura del Reus Wifi, el uso del agua, la mejora de la gestión energética por parte del Ayuntamiento y de la ciudad, la implantación de elementos en actuaciones urbanísticas que optimicen la calidad del hábitat urbano, la mejora de la movilidad y la peatonalización y reducción del CO2, la mejora del servicio de limpieza viaria y la recogida de residuos, el impulso a la transformación digital de la administración y la lucha contra la brecha digital. Las mismas fuentes precisan que, desde 2014, la mayoría de las iniciativas previstas en este ámbito se han ejecutado y el balance resulta «muy positivo».
Uno de los últimos progresos que se han puesto a disposición de los vecinos tiene que ver con la aplicación Aparcar, que en diciembre estrenó Via P, un servicio para entrar y salir de los aparcamientos municipales sin tiques ni colas, mediante la lectura de la matrícula del vehículo una vez que este se ha dado de alta. La app, impulsada por Reus Mobilitat i Serveis y que también permite pagar la zona azul, se ha expandido fuera de Reus y sigue en evolución.
Pantallas y cámaras
En materia de movilidad, además, la peatonalización del Raval de Santa Anna comportará la colocación de pantallas indicativas del estado del tráfico como las que ya se encuentran en otros puntos del municipio, y también habrá control de acceso por cámaras y bolardos inteligentes. La implantación de una zona de bajas emisiones está «pendiente de resolución de subvenciones Next Generation» y a la vez «se apoya el uso de la bicicleta y de vehículos de movilidad no contaminante».
Por otro lado, en cuanto a la conectividad, la cobertura del Wifi municipal, el Reus Wifi, que abarca actualmente 24 zonas, se ha fijado el objetivo de «ir llegando a todos los barrios en aquellas zonas y plazas más concurridas». Ligado a la transformación digital, el Ayuntamiento potenciará la carpeta ciudadana –que acaba de poner en marcha una nueva versión– como herramienta integral de relación con la ciudadanía y se plantea «mejorar la atención por medios electrónicos con la cita previa» y «hacer la gestión tributaria más eficiente, facilitando agilidad en los pagos». Subvenciones para el acceso a ordenadores y a la conexión de internet, así como el despliegue de ordenadores públicos y espacios de aprendizaje son las propuestas para «fomentar la autonomía digital».
La energía y el medioambiente son otros dos capítulos importantes. En el primero, destaca especialmente la creación de la empresa eléctrica municipal y «se sigue mejorando la eficiencia energética de los edificios, se aumenta la potencia de generación con la implantación de más placas fotovoltaicas y se potencia la configuración de las comunidades energéticas» en diferentes zonas de Reus.
Sobre medioambiente, el Ayuntamiento pone especial énfasis en la gestión del agua con «la instalación de contadores inteligentes, con la que ya nos encontramos en un 50%» de cobertura. En las nuevas construcciones «se ponen elementos ‘smart’ como sensores de calidad del aire, medición de sonido, Wifi, cámaras de seguridad si son necesarias, sistemas de riego automático para la eficiencia del consumo o de seguimiento del tiempo». Esto «se ha hecho en la Boca de la Mina, incluyendo una aplicación de experimentación y visita virtual, y se está preparando en otras actuaciones previstas como el skatepark o la peatonalización del Raval», según concretan las mismas fuentes.
No todo salió adelante
Entre todos los proyectos que se presentaron hace siete años, también hay algunos que no han llegado a prosperar. Uno se corresponde con los sensores se instalaron en las paradas de taxis para informar sobre su disponibilidad. Aquello «se inició pero la solución técnica no acababa de funcionar y se descartó», concretan desde el Ayuntamiento. Los sensores de la zona azul de la Riera Miró también se apagaron, en su caso, tras reiteradas averías. Y la prueba piloto de sensores en contenedores de la basura «se replanteó con la nueva contrata de la basura», que comenzará en febrero a distribuir por la ciudad los nuevos depósitos de residuos, equipados para cuando se quiera activar la apertura mediante tarjeta o teléfono móvil.