En las últimas semanas, el cierre de negocios en el centro de Reus ha sido un goteo. Empezó febrero bajando la persiana la tienda de ropa La Comet, en la calle Llovera, seguido del Forn Mariné, con 76 años de historia. Paralelamente, en la calle Monterols, la tienda de ropa de hombre Celio anunciaba «liquidación total» y este lunes se procedía a desmantelar todo su interior y a descolgar el letrero. A pocos metros, la tienda de colchones Dormity también ha anunciado la liquidación por cierre.
Cuatro negocios menos en un solo mes que se suman a otros ceses de actividad recientes, como el de La Mossegada, en la calle Monterols, –de crepes y gofres, que había abierto en abril del año pasado y cerró a finales de 2022–, o la carnicería y charcutería artesanas Ca la Cova, en la calle Major, que cesó la actividad en verano.
Los motivos son diversos, pero el encarecimiento de la energía, junto a un menor poder adquisitivo de las familias y los elevados precios de los locales son algunas de las claves que explican parte del fenómeno. Como recuerda el presidente de El Tomb de Reus, Jacint Pallejà, no es una situación nueva, pero sí que ahora se añade la crisis energética. «El precio del alquiler es elevado en comparación con los ingresos», señala la presidenta de la Unió de Botiguers, Meritxell Barberà. Recuerda que el poder adquisitivo de las familias es menor, por lo que gastan menos. «Además, ha subido el precio de la energía y todo esto hace más difícil sostener los precios de los locales», añade Barberà.
Según el sector inmobiliario, el precio es muy variante, tanto en el tiempo como según la tipología de local, siendo los más pequeños los más caros por metro cuadrado. La horquilla se situaría entre los 10 y los 25 euros/metro cuadrado en el centro de la ciudad, aproximadamente. Entre la poca oferta que hay en el eje Llovera-Monterols, se observan en los portales inmobiliarios precios alrededor de los 7 euros/metro cuadrado, o en el arrabal de Santa Anna, de 11,50 euros el m2.
«Sabe mal que cierren negocios», admite Meritxell Barberà. No obstante, muchos bajan la persiana teniendo ya un nuevo inquilino. Y es que las calles más comerciales de la capital del Baix Camp se caracterizan por un alto grado de rotación. «Esto es muestra de la capitalidad comercial de la ciudad», subraya a la vez la presidenta de la Unió de Botiguers. Así también lo ve Jacint Pallejà desde El Tomb, quien señala que «según los expertos, las calles importantes tienen un 25% de rotación anual. Es decir, uno de cada cuatro establecimientos cambia de manos a lo largo de un año».
En los cuatro cierres más recientes, al menos en tres ya hay un nuevo inquilino detrás. Es el caso de la tienda de ropa para el hogar Montse Interiors. Actualmente el negocio está ubicado en la calle de Jesús, pero se trasladará próximamente a la calle Monterols. Así lo han explicado desde la misma tienda al Diari, aunque todavía no quieren desvelar exactamente en qué local se ubicarán. El motivo del traslado es ganar visibilidad y también espacio, dado que la actual tienda se les queda ya pequeña. Por otro lado, el local que ocupó La Mossegada ya tiene nuevo inquilino: Dàlia, un espacio de salud, educación y bienestar íntimo ya presente en Lleida, Girona y, próximamente, en la capital del Baix Camp.
Para Jacint Pallejà, esta rotación de negocios es sinónimo de «gran capacidad de adaptación» del comercio de Reus «a las necesidades de cada momento». De hecho, «las tendencias cambian» y este podría ser uno de los múltiples motivos que lleva a un negocio a bajar la persiana, como relata el presidente de El Tomb, que añade otra cuestión: la capacidad de resistencia. En esta línea, Meritxell Barberà, al frente de la Unió de Botiguers de Reus, recuerda que las empresas multinacionales cierran a la mínima que no les sale a cuenta una localización «y también es importante que se queden porque son una atracción de clientela», admite.
Cuanto más céntrico más interés
«El centro de Reus genera mucho interés», explica Carles Roc desde Finques Bañeras, en la calle de Santa Teresa. La inmobiliaria gestiona varios locales comerciales de la ciudad, también en el eje Llovera-Monterols, y lo que constata Roc es que cuanto más céntrico es un local, mayor interés genera entre nuevos operadores. «A medida que se aleja de la zona comercial, más cuesta encontrar interesados», señala. También relata que, más que los precios, lo que echa atrás a muchos operadores es si hay que hacer reformas. «Hay espacios con muy buena ubicación, pero si hay que hacer obras, muchos desisten», describe Roc, quien señala que, a nivel de ciudad, «hay más oferta que demanda».
De hecho, según el informe ‘Mapa Comercial de Catalunya 2022’, un 46% de los espacios comerciales de Reus están vacíos. Esto representa unos 2.760 locales sin actividad, mientras que 3.160 están en activo. En el mismo Tomb de Ravals hay decenas de locales cerrados, aunque iniciativas como la de ‘Reus Espais Vius’, encabezada por el Ayuntamiento, trabajan para reactivar dichos espacios.