El Ayuntamiento de Riudecanyes ha enviado una carta a los vecinos del municipio recomendando que reduzcan el tiempo de las duchas debido al agua contaminada que circula por las tuberías del municipio. Esta problemática no es nueva para los 1.300 vecinos del municipio. Hace dos meses el consistorio pidió que se evitara beber y cocinar con el agua del grifo.
Esto se debe a que, desde el Departament de Salut se ha emitido una alerta en la que informa que los trihalometanos, un compuesto químico orgánico procedente de la desinfección del agua potable, no solo se absorbe por la ingesta, como se creía hasta ahora, sino también a través de la piel.
Portem mesos que no podem cuinar amb l'aigua de l'aixeta, ara tampoc ens podem dutxar...fins quan? Això sí, la factura la seguim pagant com tothom... amb un nadó a casa! @comaigua #riudecanyes #pantaderiudecanyes #ajuntamentriudecanyes pic.twitter.com/7vL1rRuGdP
— Anna (@annareey93) September 18, 2024
“Como medida de precaución, se recomienda reducir el tiempo que se pasa en la ducha o en el baño, para minimizar el riesgo de exposición a estas substancias”, explica el alcalde de Riudecanyes, Ernest Roigé (ERC), en la misiva enviada a los vecinos.
Dos meses con restricciones
El comunicado, a pesar de su llamado a la calma, ha generado inquietud entre los vecinos. Esta mañana han aparecido varias pancartas exigiendo soluciones al Ayuntamiento, advirtiendo que con “la salud no se juega” y solicitando el envío de camiones cisterna con agua potable para afrontar la emergencia. Según informa Junts, partido en la oposición, las pancartas fueron retiradas a primera hora.
Esta nueva restricción en el consumo de agua se suma a la que ya llevan viviendo en el municipio desde hace dos meses, cuando se empezaron a repartir garrafas para beber y cocinar. Por su parte, el Ayuntamiento está perforando un tercer pozo para intentar subsanar así la grave sequía que azota al territori.
Cara y cruz entre los vecinos
Esta nueva restricción de agua se suma a la que ya llevan viviendo en el municipio desde hace dos meses, cuando se empezaron a repartir garrafas para beber y cocinar.
Ante este nuevo anuncio por parte del consistorio, los vecinos de Riudecanyes tienen posiciones muy diferentes. En uno de los extremos está David, que ayer explicó que desde que supieron de la nueva advertencia municipal se están «adaptando y haciendo todo lo posible para que la afectación sea la menor posible». Según David, el consistorio actúa con «transparencia y ha comunicado en todo momento la situación en la localidad del Baix Camp».
En el otro extremo está Carles que pide al consistorio «decisiones contundentes, más información y transparencia sobre una cuestión tan importante como es el agua». Otro de los vecinos es Jordi que lamentó la «lentitud para dar soluciones a esta problemática».
Finalmente, está la opinión de Cristina que aseguró que desde hace un par de meses «nota como le ha cambiado la piel y sufre, a menudo, episodios de descomposición y malestar generalizado cuando está en Riudecanyes, pero que vuelve a encontrarse bien si pasa unos días fuera del municipio.
¿Qué son los trihalometanos?
Los trihalometanos (THM) son un grupo de compuestos químicos que se forman como subproductos durante el proceso de desinfección del agua potable. Estos compuestos se generan principalmente cuando el cloro, que se utiliza para eliminar microorganismos nocivos en el agua, reacciona con la materia orgánica presente en el líquido, como hojas, restos vegetales y otras sustancias naturales. Entre los trihalometanos más comunes se encuentran el cloroformo, el bromodiclorometano, el dibromoclorometano y el bromoformo.
Riesgos para la salud
Diversos estudios han señalado que la exposición prolongada a altos niveles de trihalometanos puede tener efectos adversos para la salud. Uno de los principales riesgos es el potencial carcinogénico de estos compuestos. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) ha clasificado el cloroformo, uno de los THM más comunes, como un posible carcinógeno para los humanos, lo que significa que la exposición a largo plazo podría aumentar el riesgo de desarrollar cáncer, particularmente cáncer de vejiga.
Además de su posible relación con el cáncer, la exposición prolongada a los trihalometanos también ha sido asociada con problemas reproductivos y complicaciones durante el embarazo, como el bajo peso al nacer o un mayor riesgo de abortos espontáneos.