Locales de ocio nocturno refuerzan su seguridad tras producirse peleas callejeras en Reus

Hay propietarios que sumaron personal o idearon sistemas preventivos. Muchos jóvenes en el desconfinamiento no cumplían las normas de seguridad y «había que estar encima», dicen

18 octubre 2022 21:44 | Actualizado a 19 octubre 2022 07:00
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Locales de ocio nocturno de Reus refuerzan su seguridad tras haberse producido, aunque de forma puntual, peleas callejeras. Es algo que a los empresarios de los establecimientos «no nos preocupa en exceso, no sentimos inseguridad». En algunos casos, aun así, «no está de más ser precavido». Algunos responsables destacan, por otro lado, que ha habido un antes y un después desde la llegada de la Covid, especialmente en el comportamiento de algunos jóvenes, que son «los que más salen, con diferencia». Su actitud en plena desescalada tenía como meta «recuperar el tiempo perdido», pero a menudo «eso también significó incumplir ciertas normas de seguridad de entonces y había que estar encima», cuentan los propietarios de los locales.

Peleas callejeras ajenas a la gestión de un local de ocio nocturno, pero producidas «en su entorno», han provocado que en algunos negocios de Reus añadan a más personal al equipo de seguridad e incluso que se ideen sistemas preventivos a través de timbre. «Nosotros evolucionamos con el tiempo, ya no contamos con zona de baile y continuamos con un formato speak easy, entendido hoy y a grandes rasgos, como un bar a puerta cerrada. Todo el mundo tiene cabida en este, pero partimos de un planteamiento más reservado», cuenta el propietario de The Green Dog Café, Raúl Juárez.

Ese toque de exclusividad ofrece «un entorno más controlado, da más seguridad e intimidad». Sea como fuere, «está tendiendo aceptación» y atrae a un público concreto, que «le gusta la cultura, ya sea música o gastronomía, porque pide más sabores». «Esta franja tiene de 30 años para arriba, es un perfil que se interesa por la coctelería de autor y que ya viene informado. Le ofrecemos música en directo, además», comenta Juárez.

Tener un «buen filtro»

El gerente de La Fàbrica, Sam López, aporta, por su parte, que han añadido dos personas más al equipo de seguridad y que, entre vigilantes y controladores de acceso, son 14. «Tenemos más personal porque queremos evitar problemas de convivencia y tener un buen filtro en la entrada, que aporte seguridad», añade López.

Estos profesionales de La Fàbrica están «preparados» e incluso dos de ellos tienen certificados violeta, «para posibles casos de acoso», informa el gerente del local, quien destaca, también, que la época postcovid ha traído algunos cambios de comportamiento en los jóvenes, algo que han ido controlando. «Estamos alerta siempre, pero sí que nos hemos encontrado que muchos de ellos no respetaban algunos parámetros de seguridad cuando volvieron a abrirse los establecimientos de ocio nocturno. En eso, hemos estado trabajando, especialmente en concienciar. No podemos controlar las peleas que hay en el entorno de La Fàbrica, pero siempre es más seguro reforzar la seguridad en el local», declara López.

Precios estables y recortes

La subida de precios y especialmente la de la factura energética es un asunto que preocupa, por otro lado, a los responsables de los locales. A pesar de ello, los hay que han mantenido los precios estables. «Este verano, fue muy flojo. Aunque está viniendo gente y las calles están llenas, en mi caso, veo que aquellos que salían a cenar, tomar una copa y se iban a bailar, ahora recortan. Es decir, o hacen una cosa u otra, pero todo, no», sostiene el responsable de la coctelería Sentiments Cafè, Carles Pitarch. El perfil de gente joven, que es el que «llena las calles del casco antiguo, sale mucho, pero el gasto es mínimo».

Por su parte, Josep Vila, de Sabana Reus, cuenta que a pesar de que han tenido «el mejor verano de nuestra historia», creen que el gasto de energía es algo a tener en cuenta, aunque tampoco han subido precios. Y es que, en el ocio nocturno, «todo es energía»: «Por no hablar de que además de subir el precio del hielo, también lo hizo el del cristal y todos nosotros trabajamos con botellas de licor y muchos vasos».

Pitarch también manifiesta que ha notado que las personas que salen a tomar una copa lo hacen «más temprano» y que la franja de edad que menos observan salir, al igual que corroboran otros propietarios, es la superior a los 50 años.

A pesar de hacer un buen balance del verano, hay empresarios que observan con incertidumbre los meses que vendrán. «Nosotros podemos prever cómo nos irá a dos meses vista, pero no mucho más. Lamentablemente, con la llegada de la pandemia, tendremos que acostumbrarnos a verlas venir», tercia Juárez, de The Green Dog Cafè.

En otro orden de cosas, Vila valora que el hecho de que este año caiga Navidad en fin de semana, ha «despertado las primeras reservas», que prevé que se concentren en los días 16 y 17 de diciembre. «Hay movimiento y creemos que podemos esperar unas buenas cifras de afluencia», espera Vila.

Ahora la clientela «planifica más» y eso «nos sirve de termómetro»

Desde The Green Dog Café, su propietario, Raúl Juárez, ha observado «nuevos hábitos» entre la clientela: «Ahora planifica más». A raíz de la Covid, que todo requería cita previa, la gente parece haberse acostumbrado a reservar de forma más habitual. Es algo que afirma también Josep Vila, de Sabana Reus, quien también ha notado una «subida» en las peticiones para los reservados respecto a la temporada precovid. «Lo normal» es que entre el lunes y martes ya esté todo ocupado. «Las costumbres han cambiado un poco y que confirmen que vendrán con antelación nos sirve de termómetro, de cómo nos funcionará la noche», comenta Vila.

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