Los antiguos locales bancarios del centro de Reus han empezado a revitalizarse. Han pasado años, incluso más de una década, hasta que otra actividad ha ocupado su lugar, pero ahora parece que está desencallándose. «Son locales muy céntricos y, en general, de grandes dimensiones, lo que encarece los precios», relatan fuentes consultadas de OTA Cochs Immobiliària. También influye quién es el propietario (algunos locales son aún de entidades financieras) y las intenciones. Para Jordi Batista, arquitecto, «se trata de, sobretodo, una cuestión de oferta y demanda».
De un total de 14 oficinas bancarias que había en las calles más céntricas de Reus (Mercadal, calle Jesús, eje Monterols-Llovera, plaza Prim y zona de la Llibertat) quedan operativas cinco: CaixaBank, BBVA, Santander y Banc Sabadell, en plaza Prim; y CaixaBank en plaza del Pintor Fortuny. De las nueve restantes, cinco locales siguen inutilizados y cuatro tienen ya una nueva actividad comercial o se trabaja en ello.
En la calle Llovera, por ejemplo, tres de los cuatro antiguos locales bancarios están ocupados. Dos de ellos albergan actividad comercial desde hace relativamente poco: la que fue una oficina de Caja Postal/Argentaria (BBVA tras la fusión) es desde hace año y medio una perfumería (Druni); y el antiguo BBVA de la esquina entre plaza Pintor Fortuny con calle Llovera es, desde principios de año, una cafetería (92 grados). Un tercer antiguo local bancario de la calle Llovera fue reactivado hace ya más años. Se trata del que fue oficina de Banc Sabadell, entre calles Llovera y Amargura (el Campanaret), reconvertida en zapatería (Querolets). Así pues, ahora sólo queda uno para reactivar, que es el ubicado en los bajos de la Casa Boule, gestionado por OTA Cochs Immobiliària.
Otro ejemplo de reactivación es el de la antigua oficina bancaria de la calle de Jesús, cerca de la plaza del Mercadal, donde se ubicará la primera cafetería de gatos de Reus: El Racó del Gat.
En su totalidad, el local no alcanza los 100 metros cuadrados, por lo que en este caso no es de grandes dimensiones. Pero, como explica Patricia Catania –al frente de este futuro negocio–, «el local original ha sido dividido en dos y mi parte es de 30 metros cuadrados».
La joven relata que si se fijó en estos bajos es porque «me pareció que el precio estaba muy bien por su ubicación». Ha tenido que encargarse de hacer la instalación de servicios, como la luz y el agua, pero le compensaba porque «lo que quiero es que el negocio esté en una calle transitada y ésta era una buena oportunidad». De hecho, cuenta que al principio ni sabía que el local había estado ocupado por un banco «y me di cuenta por las características que tiene, como el tipo de puertas».
Hace más de 20 años que ninguna entidad financiera ocupaba estos bajos de la calle de Jesús, por lo que «ya no era bancario», aclara Jordi Batista, que está gestionando el alquiler del local. Según explica, en este caso concreto, si el tiempo transcurrido hasta encontrar una primera inquilina ha sido largo es porque «hasta el momento, la propiedad no lo había tirado adelante».
Como se comentaba anteriormente, para Batista, que sea más o menos difícil ocupar de nuevo un local es una cuestión de oferta y demanda y no tanto de si anteriormente había sido un banco: «Puede suceder que en general sean espacios grandes, pero no es este caso, el de la calle Jesús, con unos 80 metros cuadrados». Dice que «en estos momentos en Reus hay mucha oferta», lo que podría dificultar encontrar inquilinos y, por lo tanto, que un local esté más tiempo vacío. A todo ello, añade que bajo su punto de vista, ha habido en la ciudad una «mala política» en gestión de locales y la apuesta por la creación de centros comerciales en Reus no ha ayudado, sino al contrario, «ha dinamitado el comercio del centro».
Veinte barrios sin servicio
Las fusiones y absorciones de entidades financieras y posteriores reorganizaciones y redistribuciones de empleados son la causa de que haya tantos locales bancarios cerrados. Son espacios que, por un lado, suponen oportunidades comerciales. Por otro, este cierre constante dificulta el acceso al servicio a mucha ciudadanía y, especialmente, a vecinos de las zonas más periféricas, de donde se han eliminado más sucursales. Como ya publicó el Diari, más de una veintena de barrios de Reus no disponen de ninguna sede bancaria. En este radio viven unas 68.000 personas, por lo que más de un 60% de la población de Reus no dispone de bancos en su propio barrio.
El centro, aunque es donde se concentran más oficinas, no ha estado exento de estas redistribuciones y sólo quedan cinco sedes de las casi una quincena que llegaron a estar operativas. Por zonas, en la plaza de Prim es donde se mantienen más en activo, con un total de cuatro: BBVA, Santander, CaixaBank y Banc Sabadell. La quinta está en la plaza del Pintor Fortuny, que es CaixaBank. En cambio, en zonas como plaza del Mercadal, calle Llovera o de la Llibertat no queda ni una. Las que han cesado la actividad más recientemente son el CaixaBank del Mercadal y el BBVA de la Llibertat. Otras, como la antigua oficina de Banesto de la Llibertat, hace muchos años que están cerradas. También es el caso del local que había ocupado la Caja Postal/Argentaria de la calle Llovera, en los bajos del Palau Bofarull, que hace unos 20 años que la oficina cesó su actividad. El espacio fue ocupado hace ya más de un año por Druni después de un largo proceso. Y es que estaba afectado por una compleja cuestión de licencia urbanística.
Un 50% menos de oficinas en cinco años
Según el Banco de España, la provincia de Tarragona tenía en 2021 la mitad de oficinas bancarias respecto 2016. En cinco años han cesado la actividad un total de 225 sedes y, en 2021, quedaban en activo 224. Aunque si se consulta a fecha del pasado mes de julio de este año ya han cerrado cuatro oficina más y son 220 las supervivientes. Según estos datos, Tarragona sería la demarcación española con un mayor recorte de oficinas desde 2016. Por detrás hay Girona, con un 45,5% menos de sedes bancarias, mientras que Palencia y Barcelona están entorno al 44%. En el otro lado de la balanza se encuentra Cuenca (recorte del 9,7%), Albacete (12,9%) o Teruel (14,8).