La estación de bus de Reus, El Pinar y el CAP Sant Pere, ¿con Illa sí?

El nuevo Govern de la Generalitat deberá abordar estas reclamaciones históricas y otras como el Pavelló del Molinet o los barracones de Els Ganxets. Lo que pase en El Prat incidirá en el Aeropuerto de Reus. La sequía, también protagonista

15 agosto 2024 19:11 | Actualizado a 16 agosto 2024 07:00
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Antes de pensar en materializar proyectos pendientes en Reus, el nuevo Govern de la Generalitat que encabeza Salvador Illa casi tendrá que desempolvarlos. La ciudad arrastra reivindicaciones históricas, cuestiones enquistadas desde hace décadas que todavía no han hallado solución y que se acumulan.

La estación de autobuses de la avenida de Salou, foco de inseguridad y obstáculos para el pasajero, lleva años esperando una intervención integral que la dignifique. Pero, en junio, el gobierno municipal anunció para ella nuevos planes: trasladarla a la calle de Jaume Vidal i Alcover, dentro de los límites del barrio Mas Iglesias, en un movimiento que deberá abordar el equipo del 133è President.

El desdoblamiento del CAP Sant Pere, que buscó su encaje en múltiples localizaciones, aguarda ahora las obras que le den forma en el barrio del Carme como parte de un complejo con parking y vivienda social y que incluye 5,6 millones de aportación del INCASÒL. El Ayuntamiento quiere llevar a estudio la construcción de otro CAP más –sería el sexto– en la zona norte, vinculado al crecimiento de la población, que ronda los 108.500 vecinos y supera el umbral de los 20.000 pacientes por centro.

Y las 400 familias de la Urbanització El Pinar, tras más de medio siglo de lucha y algún intento fallido, confían en que, esta vez sí, se sotierren las torres eléctricas de alta tensión que discurren entre sus viviendas. Se les ha prometido una subvención de 2,6 millones por parte del ICAEN que depende de la firma, antes de acabar este 2024, de un convenio a cuatro bandas con los ayuntamientos de Reus y Castellvell y con Endesa.

Pabellón, módulos y una facultad

Del Pavelló Esportiu del Molinet, previsto junto al Institut Roseta Mauri y cofinanciado por la Generalitat, solo hay una valla clavada en el terreno anunciando un equipamiento que se perfiló hace más de una década y aún no tiene fecha. Y Els Ganxets mantiene el título de última escuela de Reus con los alumnos íntegramente en barracones mientras se sigue demorando su mudanza al edificio de la extinta Escola Ciutat de Reus; falta elaborar el proyecto ejecutivo y sacar a concurso y adjudicar las obras.

La nueva Facultat de Medicina de la URV para alojar a los estudiantes del edificio de la calle de Sant Llorenç, llamada a convertir el entorno del Hospital Sant Joan de Reus en un verdadero parque sanitario, continúa en estudios previos, sin fondos que la hagan realidad. Serán necesarios, según los cálculos iniciales, entre 60 y 80 millones.

Y habrá que ver el papel del ejecutivo catalán en la planificación del futuro del Aeropuerto de Barcelona y su impacto sobre el deseo del Aeropuerto de Reus de ejercer de cuarta pista, con el exigente reto de dejar atrás la dinámica de inviernos sin vuelos comerciales. La ciudad, como el resto del territorio, también tiene activa la cuenta atrás del tranvía.

Estación regeneradora de aguas

Más recientes pero no menores son otras actuaciones en las que el Govern tendrá mucho que decir y que atañen a asuntos tan relevantes como la sequía. Una es la construcción de la estación regeneradora de aguas en la depuradora de Reus, que servirá para tratar más a fondo el agua depurada y reemplazar parte de la que toma del embalse la Comunitat de Regants de Riudecanyes, además de admitir usos industriales y municipales. La redacción del proyecto se adjudicó por 200.000 euros en marzo.

La reforma integral de la residencia de mayores ICASS ha sido un tema candente en los últimos meses. Una vez vaciado el equipamiento –con problemas estructurales y de legionela–, la Generalitat debe ponerlo al día inyectándole 14 millones en los próximos cuatro años.

Hace unas semanas, quedó desierta la búsqueda del ejecutivo para dar con un edificio en el que ubicar el Servei d’Intervenció Especialitzada (SIE) que atienda las violencias machistas, sin que se determinase cuál es el siguiente paso. Sobre la mesa está, además, el conflicto de los trabajadores del 112, que denuncian precariedad. Y faltará ver qué despliega la Generalitat en Reus para conmemorar el Any Gaudí, en 2026.

Priorat y Baix Camp

Falset concentra buena parte de las cuentas pendientes de la Generalitat de Catalunya con la comarca del Priorat. Una de las más destacadas es el edificio corporativo del Govern que debe aglutinar distintos servicios en el municipio. Pero también se ha licitado un proyecto de carril de viandantes para vincular Falset y Marçà con la estación de tren. Y otro proyecto para la nueva estación depuradora de aguas residuales.

Más allá de esto, se iniciaron conversaciones para la solución estructural a la problemática de la sequía mediante la llegada de agua desde la Ribera d’Ebre y la conexión del pantano de Margalef a la red de riego del Garrigues-Sud.

Y, en la concreción del Baix Camp, uno de los principales temas está en la construcción de la nueva escuela de Maspujols, que se encuentra a la espera de que pueda producirse el inicio de las obras.

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