La nueva empresa eléctrica municipal, Reus Energia, ya opera como comercializadora. Y este viernes, en Junta de Govern, se aprobó el encargo del Ayuntamiento que regula la relación y fija los precios de compraventa para «dar autoridad a Reus Energia y que comience a traspasar números de contador», tal como especifica al Diari el concejal de Medi Ambient, Daniel Rubio.
Se trata de un «paso importantísimo» que supondrá, a la práctica, que «a partir de noviembre, Reus Energia empezará a facturar al Ayuntamiento los consumos energéticos». Esto es que los edificios municipales y el alumbrado público –farolas, focos u otros– se enchufarán a Reus Energia.
El detalle lo explica Rubio: «Todos los contadores que tiene el Ayuntamiento, unas 600 pólizas, saldrán de Endesa» y pasarán a la comercializadora municipal. ¿Qué beneficios puede suponer esto? De entrada, el primer año de esta fase inicial, el gobierno calcula un ahorro de entre 80.000 y 90.000 euros a las arcas municipales, aunque «con el tiempo, crecerá».
¿Y de dónde procede ese ahorro? Parte de la electricidad que suministrará Reus Energia viene de placas solares propias –unas ya en funcionamiento y otras que se instalarán–, así que «para empezar, con eso, existen unos peajes y recargos que las compañías aplican y que ya no pagaremos», precisa Rubio.
Pero, a día de hoy, la eléctrica municipal aún no tiene capacidad para producir el 100% de lo que se necesita, «así que hay una parte de la energía que se cubre mediante un bróker que realiza compras» en el mercado regular, presumiblemente a precio inferior al que ahora se abona.
Reus Energia atraviesa ahora un momento de eclosión y empezará a nutrir su plantilla propia. Se ha previsto, de manera inminente, la incorporación de dos perfiles: uno más técnico y otro administrativo.
Paralelamente, la eléctrica trabaja en la configuración de dos comunidades energéticas. Una es la de AgroReus, cuyo proyecto resulta uno de los de mayor envergadura en España a nivel de inversión. Producirá 5.500 MWh al año y será para el autoconsumo de las empresas que forman parte de ella y Taller Baix Camp. El excedente, gestionado por Reus Energia, se destinará a edificios municipales. Las instalaciones se encuentran avanzadas.
La otra comunidad energética en proyecto se enclava en el barrio Gaudí. La singularidad de esta reside en que los vecinos de un determinado radio podrían llegar a alimentarse del sobrante de fotovoltaicas. En la zona se han colocado ya placas y «se está realizando el estudio jurídico para determinar cuál es la fórmula», señala el concejal de Medi Ambient. Rubio precisa que «cuesta desencallarla porque este tipo de experiencias son nuevas, hay pocos criterios previos y miramos diferentes opciones. Pero lo sacaremos adelante».
En cuanto al propósito de que Reus Energia llegue a abastecer también a hogares, «la línea del privado llegará, pero primero debemos cumplir con nuestro propio plan de negocio que nos marcamos a tres años vista». «Al acabar, veremos la cantidad de energía que producimos y las previsiones del mandato, y afrontaremos los retos que tenemos sobre la mesa», concluye el concejal.
El interés de la Generalitat
Los primeros pasos de Reus Energia «son relevantes porque sitúan a Reus como una de las ciudades pioneras en el ámbito de la comercializadora energética pública», señala Rubio. E incide en que «no hay demasiadas experiencias en el Estado que sigan este modelo».
De hecho, tal como apunta el edil, «la Generalitat, que también está trabajando en una energética propia, nos ha tomado como modelo y hemos mantenido algunas reuniones de traspaso de conocimiento». Y es que mediante Reus Energia, «nos posicionamos como uno de los municipios referentes en este ámbito, también desde el punto de vista de las comunidades energéticas, y otras ciudades nos piden información».
En este sentido, a corto plazo, un 20% de la electricidad municipal estará siendo producida dentro del término, una cuestión «a tener en cuenta desde el punto de vista medioambiental».
