El mayor traslado de piezas museísticas de Reus

Arranca el desmontaje de exposiciones para reformar el Museu d’Art i Història de Reus. Los objetos se limpian y embalan con mimo, listos para ocupar nuevas ubicaciones

11 junio 2024 20:27 | Actualizado a 12 junio 2024 07:00

A los almacenes y las salas de reserva, al Museu Salvador Vilaseca o al Centre de la Imatge Mas Iglesias de Reus (CIMIR). El patrimonio expuesto en el Museu d’Art i Història ya ha empezado a trasladarse a ubicaciones alternativas para vaciar el equipamiento de la plaza de la Llibertat, que afronta una reforma integral por cerca de 2,3 millones de euros.

Es el mayor movimiento de piezas museísticas que ha vivido la ciudad: alrededor de 400 objetos deben cambiar de sitio, dentro del mismo edificio o en trayectos cortos, tratados con mimo y con máximas garantías de seguridad.

Parte del material apenas recorrerá unos metros, pero habrá otro –y especialmente en el caso de las obras más delicadas– que se desplazará en camiones con climatización y sistema de amortiguación específico para mantener su estabilidad.

En el global de esta mudanza, «hablamos de piezas que son desde minúsculas a muy grandes, desde monedas a piedras, y cada una de ellas requiere una manera de moverse», explica el director del Museu de Reus, Marc Ferran. En las labores trabajará tanto el equipo municipal de restauración y conservación como una empresa especializada que prestará apoyo con lo voluminoso.

Antes, algunas piezas se limpian. Entre las herramientas que se están empleando figuran aspiradores, que son capaces de «retirar la suciedad de la manera más respetuosa».

Luego, los objetos menos problemáticos pueden cubrirse con plástico de burbujas, aunque hay más sistemas y también más complejos: si se considera necesario, se arman estructuras de madera para consolidar el espacio y evitar zarandeos. «Evidentemente», subraya Ferran, «el buen trato será siempre generalizado».

¿Cuál es el objeto que exigirá más atención en el traslado? «Seguramente alguna de las obras de arte antiguo», precisa el director del Museu de Reus. Y detalla que «son piezas hechas de madera y de capas de pintura y pan de oro, en las que los cambios bruscos de temperatura generan alteraciones porque la madera está viva y eso puede provocar que la pintura se desprenda dando lugar a un problema grave. De ahí todo el cuidado».

Otro ejemplo. «El Jueu del Raval es de madera y es muy antiguo, estuvo en su momento en el exterior y recibió perjuicios. Pesa bastante y su posición dificulta el traslado. Eso lo convierte en delicado y, con él, habrá que ir con dedos de seda para que no sufra ningún daño».

En cambio, «una bicicleta antigua se embalará, se meterá en el camión y se descargará en el Raval de Santa Anna sin dificultad», comenta Ferran. Y un Fortuny «está en buen estado de conservación y solo habrá que envolverlo bien». La premisa, a grandes rasgos, mejor cuanto menos se manipule.

El desmontaje del Museu d’Art i Història de Reus se centra en estos momentos en las piezas que integrarán dos nuevas muestras en el CIMIR y el Museu Salvador Vilaseca a partir de la semana que viene. La primera, en el CIMIR, llevará por nombre I la Festa continua, ahondará en la esencia de Ara toca Festa! y se inaugurará el 21 de junio. La del Salvador Vilaseca, Gran reserva. Les col·leccions del Museu de Reus al descobert, abrirá el 20 de junio con 160 obras del Museu.

Se verá material nuevo

El equipamiento de la Llibertat cerró al público en mayo y la previsión con la que avanzan las tareas contempla que «a principios de julio se haya hecho ya el grueso del movimiento», que «será seguramente el más importante que hemos tenido en Reus», tal como señala Ferran.

La reforma debería arrancar, tras licitarse, entre noviembre y diciembre y «los obreros podrán trabajar con tranquilidad, con los espacios despejados». Para desplegar la operativa que ahora se está llevando a cabo, el equipo pasó previamente todo un año reordenando las salas de reserva que ahora deberán absorber una proporción importante del material.

Cuando el Museu d’Art i Història reabra con su renovado aspecto, en agosto de 2025, en su interior podrán verse piezas que ahora no estaban expuestas. «Eso implica una tarea importante de restauración a partir de que el museo quede vacío», indica Ferran.

Algunas de las intervenciones las hará personal propio y otras se encargarán a medios externos. A partir del año que viene, los relatos serán tres: uno centrado en el periodo histórico de los siglos XVIII y XIX y otros dos focalizados en la relevante colección de arte del Museu.

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