Las primeras compras navideñas en el comercio de Reus ya empiezan a notarse. «La facturación crece», señala Pau Salvadó, al frente de los comerciantes de El Pallol. No obstante, el gasto todavía es tímido y, de hecho, los comerciantes esperan el mayor grueso para los últimos días antes de fiestas, «como solía ser antes de la pandemia», recuerda Salvadó, que añade: «Ahora lo que hay es mucho movimiento de gente que pasea, mira y compara».
Desde el encendido de las luces de Navidad, el pasado 24 de noviembre por la tarde, las calles de Reus se llenan a diario de gente que pasea, disfruta de la iluminación y también compra. La presidenta de la Unió de Botiguers de Reus, Rosa Lucas, recuerda que «el inicio en sí de la campaña es el 17 de diciembre». Pero el gran movimiento de transeúntes por el centro de la ciudad empieza a traducirse en las primeras compras. «La gente busca regalos, sobre todo complementos, como bolsos, bufandas...», detalla Lucas, mientras que para la ropa «muchos se esperan a las rebajas».
Pau Salvadó también señala el domingo 17 de diciembre como el día que marca el pistoletazo de salida al grueso de las compras navideñas. Con la Covid, «notamos un cambio de tendencia, con muchas compras por avanzado, incluso en noviembre». Pero ahora, «hemos vuelto al escenario anterior» y los consumidores «vuelven a concentrar el gasto en los últimos días» y, concretamente, a partir del 17 y durante la última semana antes de fiestas, «para cuando se esperan las grandes compras». En el caso concreto de los juguetes, «destaca la semana antes de Navidad, pero los días más fuertes suelen ser el 2, 3, 4 y 5 de enero», dice Pau Salvadó, también al frente de la tienda de juguetes Somnis.
Mientras tanto, la iluminación de una treintena de calles de Reus, el gran árbol de la plaza del Mercadal, el carrusel de la plaza Prim o el nuevo espacio ‘Un Nadal Rodó’ de la plaza de la Llibertat actúan como reclamo y «acreditan aún más la capitalidad comercial de Reus», subraya Pau Salvadó, desde El Pallol. Como señala el presidente de El Tomb, Jacint Pallejà: «Cuando se encienden las luces de Navidad parece que todo estalla», aunque «trabajamos durante todo el año», recuerda.
De hecho, desde el encendido, el 24 de noviembre, hay apertura comercial todos los domingos y festivos, y en especial esta semana, coincidiendo con el puente de la Purísima. «Mucha gente de Reus se ha ido estos días fuera, pero mucha otra viene a la ciudad para pasear y ver las luces, gente de municipios próximos, pero también de otras comarcas como el Priorat, Ribera d’Ebre, la Conca de Barberà...», dice Salvadó. También recuerda que «se han organizado actividades y talleres que dan un gran ambiente a la ciudad».
Todo ello se une al Mercat d’Artesania, en El Pallol, que permanecerá abierto hasta el 5 de enero con 14 expositores; y el tradicional Mercat de Nadal, en la plaza del Mercadal, hasta el 21 de diciembre y una veintena de estands.
Mas movimiento en el arrabal de Santa Anna
En el arrabal de Santa Anna, los comercios encaran su primera campaña navideña con la nueva regulación del tráfico en marcha desde hace justamente un mes, con lectores de matrícula y bolardos automáticos que solo dejan acceder a vehículos autorizados entre las 11 y las 02 h. En cambio, de 02 a 11 h la calle está completamente abierta. También es la primera Navidad en los últimos años sin obras en esta calle. Y es que los trabajos para peatonalizar el arrabal duraron dos años, aunque las obras paraban durante la campaña comercial.
«De momento lo que vemos es más movimiento de gente», señala el representante de los establecimientos del arrabal de Santa Anna, Marc Niubó, que considera que haber regulado el acceso de vehículos ha dado más vida a toda esta zona. No obstante, «ahora falta que esto se traslade a las cajas de los comercios», añade.
Recuerda que al principio de la regulación definitiva del tráfico «fue algo caótico» con problemas en algunos accesos. Ahora ya estaría todo arreglado, «pero hay algunas cosas a mejorar», dice. Por ejemplo, «hay vecinos que se quejan de la poca visibilidad en algunos accesos, porque desde el coche no se ve si el bolardo está bajado o no». Otra cuestión es de los propios comerciantes, que «no tenemos acceso», dado que el permiso es solo para vecindario «y nos han dejado de lado». Es por ello que «si no tenemos autorización, que abran en alguna otra franja», pide.
Por otro lado, critica que el Ayuntamiento haya cerrado el parking de zona azul de Riera Miró –por el inicio de las obras del proyecto de la Hispània– justo en la campaña de Navidad. Los trabajos para construir un nuevo parking subterráneo y levantar cuatro bloques de pisos se alargarán tres años, por lo que el comercio de la zona considera que «nos podríamos haber ahorrado, al menos, la afectación de una Navidad». «El de Riera de Miró era un parking de referencia», añade Niubó, mientras que, ahora, «los coches tienen que dar vueltas y muchos acaban aparcando en La Fira», lamenta.