Dos menores, de 16 y 15 años fueron sorprendidos en la madrugada del 24 de diciembre cuando supuestamente circulaban con un coche por Reus. Las diligencias del caso fueron puestas en manos de la Fiscalía de Menores.
Los hechos se conocieron poc antes de las 6 de la mañana en la calle Velers de Reus. Un joven, menor de edad y de unos 17 años, llamó a un timbre de un edificio pidiendo ayuda. Aseguraba que le habían atropellado con un turismo y pedía que alguien llamara a una ambulancia.
El testigo que recibió la petición llamó de inmediato al 112 y se activó una ambulancia y dotaciones de la Guàrdia Urbana de Reus. Una vez en la calle Velers, el testigo explicó que había un Volkswagen Golf aparcado cerca de la escuela Sant Bernat Calbó con daños visibles en el chasis. También había marcas en la acera y una farola estaba afectada posiblemente por el impacto del turismo.
Con la matrícula del coche, los agentes conocieron que el titular era un vecino de Vila-seca y pidieron apoyo a la Policía Local para poder contactar con él, ya que los dos jóvenes que estaban en la zona, además del herido eran menores de edad.
Los agentes de Vila-seca localizaron al propietario poco después de las 7 de la mañana y le informaron que había su coche aparcado en Reus y estaría implicado en un accidente y posible atropello. El conductor afirmó a los agentes que no sabía nada y que posiblemente le habían robado el Polo gris de su propiedad. Él mismo se personó en la Guàrdia Urbana para esclarecer lo ocurrido.
Los agentes confeccionaron diligencias del caso. Todo apunta que los dos pasajeros del turismo serían los dos menores de 16 y 15 años y que habrían cogido el coche en Vila-seca, cerca de la calle de La Riera. Los motivos por los que un peatón resultó herido tendría que ver con la pérdida de control del coche, que también dañó la farola y la acera.
El día de Navidad, la Guàrdia Urbana de Reus se personó en casa de la familia del conductor menor de edad. Resultó que el joven está en un centro tutelado en Tarragona y que se había fugado. El adolescente se encaró con los agentes y llegó incluso a fugarse cuando lo custodiaban hasta la comisaría. Fue interceptado poco más tarde y tuvo que ser esposado ante la agresividad mostrada.