Capafonts y La Febró dejan el sistema de recogida de basura puerta a puerta

Los motivos son el encarecimiento de la tasa y «deficiencias» en el servicio. En Prades, han asumido el sistema

28 mayo 2024 20:18 | Actualizado a 29 mayo 2024 07:00
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Más de 300 municipios catalanes llevan a cabo la recogida de residuos puerta a puerta, de los cuales una quincena son del Baix Camp. «En la gran mayoría de zonas donde se aplica este sistema, aumenta la recogida selectiva», subraya Òscar Saladié, profesor de Geografía en la URV y miembro del Grup de Recerca GRATET. No obstante, «lo que funciona en un sitio no tiene por qué funcionar en otro», añade. Y así ha sucedido en las Muntanyes de Prades.

En esta área, recientemente se han ‘dado de baja’ del sistema Capafonts y La Febró, mientras que Prades ha optado por asumir desde el propio municipio la recogida casa por casa de la basura. Servicio que desde principios de 2023 y hasta hace escasos meses hacía Secomsa, dependiente del Consell Comarcal del Baix Camp, ente que no ha aportado información al Diari sobre esta cuestión.

En los tres municipios señalan que había «deficiencias» en el servicio. «Había quejas entre los vecinos porque los operarios no recogían todos los cubos», explican el alcalde de Capafonts, Sergi Serra; y la alcaldesa de La Febró, Lourdes Martorell. Por otro lado, «la tasa se encareció muchísimo, había subido a 200 euros al año», añade Serra, que lo compara con los 140 de antes.

Con estas cuestiones encima la mesa, Capafonts (de menos de 100 habitantes) convocó a los vecinos en diciembre y se decidió dejar el servicio y recuperar los contenedores en superficie. Así también ha sucedido en La Febró. La alcaldesa, Lourdes Martorell, señala que los primeros meses funcionaron. Pero después cambió, «entraron nuevos operarios y cada noche quedaban cubos sin recoger», dice Martorell, que añade: «Trasladamos nuestras quejas a Secomsa», pero sin obtener respuesta, lamenta.

En Prades también detectaron fallos, pero, en su caso, el municipio ha tenido capacidad de asumir el servicio a través de los aguaciles. «Hacen la recogida por la madrugada y depositan la basura en las dos áreas de emergencia que hay en el pueblo. Secomsa hace la recogida final», detalla el alcalde, Llorenç Torruella.

La solución de Prades no la pueden asumir ni en Capafonts ni en La Febró «porque no nos podemos permitir un aguacil», señala Lourdes Martorell. De hecho, no tienen servicio de limpieza en el municipio, «y lo hacemos entre todos los vecinos, un par de veces al año», relata, a la vez que deja claro que «estamos a favor de una buena gestión de los residuos». De hecho, «en municipios pequeños, la recogida selectiva tiene que ser posible, independientemente del sistema», indica Òscar Saladié.

El profesor de Geografía en la URV señala que el puerta a puerta suele suponer un salto cualitativo en la recogida selectiva de la basura. Un éxito que viene determinado, según cuenta, por la existencia de facilitadores e incentivos (como bonificaciones). De hecho, en la mayoría de municipios del Baix Camp donde hay el sistema implantado, éste funciona, habiendo alcanzado, incluso, un 80% de recogida selectiva, en el caso de Botarell. También en Castellvell, donde al principio hubo reticencias entre algunos vecinos, el servicio «funciona», comenta el alcalde, Josep M. Sabaté. El municipio accedió al puerta a puerta a finales de 2022 y recientemente se han cerrado las áreas de emergencia sin incidencias.

No obstante, el servicio también presenta algunas sombras, sobre todo, según la tipología de municipio. Y es que «el puerta a puerta es más complejo cuando la población reside en bloques de pisos», recuerda Saladié. En cuanto a municipios muy pequeños, como Capafonts o La Febró, también hay problemáticas. «Los costes del servicio pueden aumentar», reconoce, tanto por el reducido número de habitantes como por su localización más alejada, lo que puede encarecer el servicio.

Por su lado, el alcalde de Prades, Llorenç Torruella, señala otra problemática: el turismo. «Es muy difícil gestionarlo en verano, cuando hay turistas y personas de segunda residencia, porque no están concienciados», dice Torruella, que opina: «El puerta a puerta es el futuro, pero todavía está verde».

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