El cierre de contenedores frena el incivismo en cuatro urbanizaciones de Reus

La prueba piloto supera su primer mes. Mas Carpa, Xalets Quintana, Blancafort y Sant Joan se quedarían el sistema de tarjeta. El resto de la ciudad, en estudio

14 mayo 2024 20:28 | Actualizado a 15 mayo 2024 07:00
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La prueba piloto de contenedores de basura con tarjeta en Mas Carpa, Xalets Quintana, Blancafort y Sant Joan alcanza mañana el primer mes en marcha y empieza a arrojar conclusiones. El Ayuntamiento apunta un «inicio de cambio de hábitos» entre el vecindario y ha constatado un «ligero descenso de la fracción resto» y «un aumento de la orgánica», detectados mediante el dispositivo de pesaje de los camiones de recogida y que aún no puede respaldarse con cifras.

El ensayo en las cuatro urbanizaciones, que suman cerca de 1.830 habitantes, definirá en buena parte lo que se aplique definitivamente allí y el resto de Reus está en estudio. Los vecinos que participan en el test, en general, aprobarían que se diese continuidad a los contenedores con identificación personal y ven en ellos una solución, aunque sea parcial, al incivismo de desechos fuera.

El concejal de Via Pública, Daniel Marcos, coincide en que, atendiendo a «la buena aceptación» y la incipiente percepción de mejoría en la separación de residuos, el sistema «debería quedarse implementado en estas zonas».

El 90% de las tarjetas que abren los contenedores de resto y orgánica –las dos fracciones que se cerraron– ya se han distribuido. Y «hay una parte de usuarios que se han descargado la app», que funciona igualmente por proximidad con un lector instalado en la tapa del cubo. Este primer mes, «no ha habido incidencias con las tecnologías», afirma Marcos, en ninguno de los cuatro modelos distintos que utilizan los barrios, salvo «alguna con el mecanismo de apertura».

«Excepto algún caso puntual, la gente se está adaptando bien y separando las fracciones», comenta la presidenta de la Associació de Veïns de la Urbanització Mas Carpa, Anabel Cuevas, sobre la prueba. «Si pudiésemos elegir, nos quedaríamos con este sistema», añade. Y destaca que «muchos venían de fuera aquí a tirar la basura y nos llenaban los cubos. Y eso ahora no pasa».

En un sentido similar se expresa Joan Maria Borràs, al frente de la Associació de Veïns de Xalets Quintana. «La gente cumple», señala, aunque «está la picaresca y hay quien, para no usar la tarjeta, fuerza el contenedor y tira la basura por atrás, deja bolsas en el suelo o mezcla».

Basura que llega de fuera

Desde Blancafort, la presidenta vecinal, Elena Mestres, explica que la identificación «no está generando quejas ni problemas grandes» y «el vecindario la ha admitido, y la tarjeta y la app sirven». Eso sí, «siempre hay incívicos» y «los fines de semana, encontramos bolsas de personas de otros puntos que vienen a tirar la basura y, al ser de fuera, no tienen tarjeta». Pese a todo, Mestres destaca que «el servicio de limpieza pasa a menudo» y «empleados del Ayuntamiento estuvieron informando» a esos incívicos.

Y en la urbanización Sant Joan, la identificación personal tiene «muy contentos» a los usuarios, que esperan que «haya venido para quedarse». «Éramos el vertedero de Reus. Nos llegaba de todo: ruedas, ropa, armarios... Desde que empezó la prueba piloto, sí que tiran, pero menos cantidad», explica Jordi Solans, al frente de la asociación de vecinos, aunque «alguna vez, gente que no es de aquí, mete basura en el contenedor que encuentra abierto y no es el que toca».

No hay fecha límite para el test porque «queremos ver cómo evoluciona». Para aplicar definitivamente el sistema, será necesaria una licitación. Y lo que ya está claro es que eso «habrá una parte de Reus que, sí o sí, lo tendrá», expone Marcos. El objetivo, lograr el 55% de recogida selectiva que fija la Unión Europea para 2025.

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