Òscar Cañellas, Sergi Ferreres y Biel Rius son un ejemplo del talento joven local. También versionan canciones para hacer bailar y disfrutar a un público intergeneracional con su grupo Canelita en rama, una formación que nació hace apenas dos años.
Las versiones son su esencia, ¿tienen temas propios?
Normalmente hacemos versiones rumberas de temas muy conocidos. Tenemos alguna canción compuesta por nosotros, pero no nos atrevemos todavía a trasladarlas al directo porque creemos que es mejor consolidarnos primero como grupo de versiones y, cuando estemos más seguros, ya sacaremos adelante algún tema. Existe un baúl de composiciones de Canelita en rama que está listo y algún día lo abriremos, veremos qué hay y cómo suena.
Mientras, ¿hacen actuaciones de forma regular?
El año pasado hicimos 9 actuaciones y este año llevamos ya 12, vamos haciendo y está yendo de menos a más porque cada vez nos damos a conocer más por redes sociales, utilizamos mucho Instagram, y vamos evolucionando. Este verano ha sido bastante de relax, pero en septiembre hemos vuelto con más fuerza que nunca.
¿Creen que es fácil conseguir espacios u oportunidades?
Hay veces que nosotros tenemos que ir a presentarnos como grupo, pero las opciones en Reus son bastante variadas y hay oportunidades para todos los grupos locales. Una vez actúas, el público y los establecimientos suelen quedar contentos y quieren que repitas el año que viene. La cultura está animada en la ciudad y podemos contactar con gente para participar de algún acto o proyecto; también nos buscan directamente a través de nuestras redes.
En el caso del ciclo de Biblioteques Chill Out, conocíamos a David Fernández, el director artístico de este año, y nos llamó porque había visto nuestro videoclip y nos propuso un formato con música al aire libre, con vinculación literaria... y nos pareció una idea brillante.
¿Es difícil conseguir visibilidad siendo músicos jóvenes?
Por supuesto, como en muchas profesiones artísticas es complicado, pero yendo a conciertos de otros, no solo conoces a gente que luego te llevan a oportunidades propias, sino que haces ‘piña’ con los músicos y bandas. Nos ayudamos entre nosotros, se forma una pequeña comunidad que facilita un poco el ‘camino’ al ser principiantes. Con el tiempo, los locales se van quedando con nuestro nombre y es más fácil.
¿Cuesta destacar en la escena local?
Lo cierto es que grupos de versiones con integrantes tan jóvenes hay pocos, más bien surgen grupos con canciones propias, junto a otros artistas veteranos que están consolidados en Reus hace años; pero grupos jóvenes no hay tanto. De hecho, creemos que somos los más jóvenes. Bandas como Moira o Magari ya tienen su propio espacio, se han construido su hueco en la escena reusense.
¿Qué iniciativas propondrían para ayudar al sector?
El Ayuntamiento podría hacer más fácil la vida a los músicos porque es complicado actuar en la calle, podrían habilitar más espacios pensados exclusivamente para hacer música, para que no tuviésemos tantos límites. Se trata de darle a la música el espacio que debería tener. De todos modos, los primeros conciertos siempre son en peores condiciones, luego te vas sintiendo más cómodo y se consiguen actuaciones de mayor calidad.
¿Cómo encajaría su propuesta en actos festivos o populares?
Tocar para Sant Pere, en un vermut de Fiesta Mayor, sería un sueño para nosotros. Un vermut rumbero sería nuestro ambiente ideal y el público se sabría las canciones porque combinamos nuestros gustos musicales con otras emotivas, de las de toda la vida y que son referencias para la gente.
¿Qué perspectivas tienen como grupo?
Nos gustaría ir introduciendo composiciones propias hasta que podamos hacer nuestros los conciertos y tan solo tocar un par de versiones. Como para cualquier músico o grupo emergente, la aspiración sería grabar un álbum con nuestras canciones.
