Un servicio ferroviario digno

30 septiembre 2024 21:24 | Actualizado a 01 octubre 2024 07:00
Anna Gómez Llauradó
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Mi nombre es Anna Gómez Llauradó, una de las portavoces de la plataforma Dignitat a les Vies. Es posible que estas palabras nazcan del agotamiento, la frustración o quizás de la desesperanza. Cada día, los usuarios del tren en el sur de Cataluña afrontamos con ansiedad e incertidumbre lo que parece ser el colapso de un servicio esencial. Pero lo peor está por venir: en octubre, el cierre de vías por las obras del Corredor Mediterráneo podría ser el golpe final para los ya castigados usuarios del servicio ferroviario.

Renfe asegura que tiene un plan para minimizar el caos que, en nuestra experiencia, parece inevitable. ¿Cómo puede prometernos soluciones ante un cierre de seis meses cuando no son capaces de asegurar la puntualidad en la operativa diaria? Hoy mismo, llegué una hora tarde por la mañana y media hora tarde en la vuelta a casa. En total, una hora y media de mi tiempo que se pierde como tantas otras, sumadas a las miles de horas que hemos sacrificado en esas vías que parecen un laberinto sin salida.

Es imposible no recordar las palabras del ministro de Transportes en el día de las elecciones catalanes, que coincidió con el corte total del servicio por el robo de cable en Montcada Bifurcació, donde dijo que «ahora a rematar en Cataluña».

Quizás había más verdad en sus palabras de lo que queríamos aceptar. Quizás con rematar se refería a finiquitar el servicio ferroviario.

A pesar de todo, nuestra mayor fortaleza radica en la comunidad de usuarios. Hemos sabido unirnos en la adversidad y levantar nuestras voces para exigir lo que es nuestro derecho: un servicio ferroviario digno. Los políticos, alcaldes y entidades que se unieron a nosotros en El Teatret del Serrallo mostraron su apoyo, pero ahora, más que nunca, necesitamos que ese respaldo se traduzca en acciones concretas.

Nuestra mayor fortaleza radica en la comunidad de usuarios. Hemos sabido unirnos en la adversidad y levantar nuestras voces para exigir lo que es nuestro derecho

Los problemas que enfrentamos en el Corredor Sur de los trenes regionales no son recientes. Llevamos años sufriendo por la falta de inversión, con trenes que no cubren las frecuencias necesarias, con escasas dobles composiciones que nos obligan a viajar hacinados y sin la infraestructura adecuada para avanzar a los trenes de cercanías y mercancías que circulan por las mismas vías. Esta situación nos condena a circular a velocidades ridículas de 30 km/h, siempre detrás y siempre con retrasos. Esta es nuestra cotidianidad.

Las deficiencias no son solo operativas; son estructurales. La nula información hacia los usuarios que, en caso de incidencias, es desesperante. Las averías de la señalización, las frecuentes roturas de carriles o lazos de control, o las averías constantes en unos convoyes que hace años ya llegaron al fin de su vida útil, culpa de un reparto inequitativo de los nuevos convoyes, que nunca llegan al sur de Catalunya.

Todo forma parte de un cóctel explosivo que ha hecho de los retrasos una parte ineludible de nuestra rutina diaria. Y ahora, con las obras del Corredor Mediterráneo, las cosas solo empeorarán.

El túnel de Roda de Berà, cuya reparación mantendrá cortadas las vías hasta marzo, no solo representa un nuevo golpe, sino que las obras en sí mismas no generarán ningún beneficio directo para los pasajeros. Seremos testigos de cómo nuestras ya tensionadas infraestructuras se llenan de trenes de mercancías, sin mejoras para quienes usamos el tren a diario. Los pasajeros, al final, seguimos siendo los grandes olvidados.

Sin embargo, no todo es desolador. Quiero reconocer la disposición de Antonio Carmona, director de Rodalies de Catalunya, quien ha mostrado una voluntad constante de escuchar nuestras demandas y buscar soluciones. Gracias a un diálogo abierto y a su disponibilidad, incluso a través de WhatsApp, hemos logrado algunos avances.

Dos reuniones con Renfe Rodalies y la Generalitat han sido suficientes para implementar mejoras en los horarios de la R15, reducir los tiempos de trayecto y eliminar paradas innecesarias en las estaciones de cercanías. Además, se han optimizado las rotaciones de trenes y materiales, lo que ha reducido los retrasos en origen.

Nuestro objetivo es seguir manteniendo este entendimiento con Renfe y la Generalitat para continuar mejorando los horarios y la calidad del servicio. No descansaremos hasta que podamos viajar en un tren digno, sin el temor constante de llegar tarde. No descansaremos hasta que podamos desaparecer.

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