SOS turismo

En el futuro sólo podrán competir en condiciones quienes hayan apostado firmemente por la trans-formación tecnológica 

29 julio 2020 08:50 | Actualizado a 29 julio 2020 09:20
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El fuerte impacto que ha supuesto el covid en la economía se ha repartido desigualmente. Ha sido un mazazo colectivo, pero hay sectores que han repuntado durante estos meses como el comercio electrónico, la alimentación, el sector sanitario y, en general, todos los relacionados con la tecnología: los proveedores de telecomunicaciones, de servicios online, de series televisivas, y un largo etcétera.

Luego tenemos aquellos otros que se han visto muy golpeados: el comercio minorista, la automoción y, particularmente, la hostelería y el turismo. Y ahora que parecía que empezaba a recuperarse mínimamente la actividad turística, estamos viendo un nuevo retroceso ante el repunte de contagios por el virus. Los empresarios del sector dan la temporada prácticamente por perdida: están haciendo una evaluación de daños e intentan prepararse para cuando las circunstancias permitan recobrar algo el ritmo de actividad que había antes de la epidemia.

Miles de establecimientos en Tarragona, en Catalunya y en toda España han visto como sus ingresos se han reducido a cero durante todo este periodo. La situación del sector es de emergencia económica por lo que es necesario hacer algo; el turismo tiene tal peso en el PIB y en la ocupación que no podemos permitirnos dejarlo sólo ante esta caída tan brutal de su actividad.

Un paso importante en este sentido se ha producido durante este mes con la publicación por parte del Gobierno de un decreto ley que ofrece ayudas y alternativas para las empresas del sector. Podemos resumirlas en tres puntos: primero se permite a las empresas turísticas demorar doce meses el pago de los préstamos hipotecarios de sus establecimientos. Durante este periodo, las empresas sólo tendrán que devolver los intereses del préstamo; en algunos casos, también se pueden beneficiar de la moratoria las empresas cuyos negocios no sean de propiedad sino de alquiler. En segundo lugar, se extienden las bonificaciones para los trabajadores fijos discontinuos y se exonera del pago de cuotas a la Seguridad Social.

Pero la medida que a mí me parece más interesante es la creación de una línea de crédito a bajo interés para la transformación digital de las empresas del sector. Y me parece interesante porque se avecinan tiempos duros para el negocio turístico. En el futuro sólo podrán competir en condiciones quienes hayan apostado firmemente por la transformación tecnológica de sus empresas. Los tiempos han cambiado mucho en los últimos años, pero la fuerte demanda del turismo ha restado incentivos para llevar a cabo una transformación tecnológica acorde con el desarrollo económico del siglo XXI. Ahora no hay marcha atrás. La demanda turística tardará tiempo en volver a ser lo que era. Mientras tanto, sobrevivirán las empresas más ágiles, las que mejor sepan adaptarse al entorno digital hacia el que camina inexorablemente la industria turística en todo el planeta.

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