Mienten más que hablan

Pues sí, los políticos de coalición mienten más que hablan, que ya es decir. La economía española se está paralizando y eso se está reflejando en el mercado laboral. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, en su permanente ensoñación mantiene que la campaña turística del verano ha sido extraordinaria y que solo eso permitirá que la economía tenga un aterrizaje suave, lo que nos diferencia con el resto de Europa, que sufre un brusco parón del crecimiento. Sin embargo, la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al tercer trimestre no dice lo mismo. El mercado laboral se está deteriorando a pasos agigantados. Entre los meses de julio y septiembre, el paro ha aumentado en 60.800 personas, frente a las 127.100 en que disminuyó en el mismo período del año anterior, una diferencia de 185.000 parados más, que no es poco. Si nos centramos en el empleo, es cierto que se crearon 77.700 puestos de trabajo, pero no lo es menos que dos de cada tres corresponden al sector público.

Con estos datos hay que convenir que esta extraordinaria campaña de verano para el empleo ha sido un auténtico fracaso. Desde que se aprobó la reforma laboral, en diciembre del 2021, hemos asistido a una serie de manifestaciones triunfalistas por parte del Gobierno de coalición y de los agentes sociales, que son pura mentira. El tiempo se está encargando de poner las cosas en su sitio. Los buenos datos que se registraban correspondían a una economía recalentada, que estaba saliendo de la recesión provocada por la pandemia y no a los efectos milagrosos de la nueva normativa. Si se hubieran dejado las cosas como estaban, probablemente los resultados, en términos de empleo, habrían sido mucho mejores.

Durante este tiempo hemos escuchado una serie de mentiras que se están cayendo por su propio peso. Por ejemplo, el Gobierno de coalición se encuentra muy satisfecho porque, en el último trimestre, se ha reducido la temporalidad. Lógicamente, si el grueso de la contratación se ha producido en el sector público, que es donde se acumula la bolsa de temporalidad, está disminuye por simple decreto ley. También han influido el aumento de costes que está sufriendo el sector turístico, a causa de la inflación galopante. Los empresarios no han actualizado los sueldos, por lo que cerca de 400.000 empleos han quedado sin cubrir. A los trabajadores no les sale a cuenta trabajar de camareros, cuando pueden conseguir mejores remuneraciones vía subvenciones o en otros sectores, y algo similar ocurre con el sector de la construcción. Según el Banco de España, la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) está frenando considerablemente la contratación.

Pero, a pesar de todo, es cierto que en los últimos doce meses se han creado 589.900 empleos fijos. Un dato festejado por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que asegura que obedece a su reforma laboral. Sin embargo, conviene señalar que muchos de los nuevos contratos son fijos discontinuos y, se diga como se quiera, son de carácter precario. Según el artículo 16 del Estatuto de los Trabajadores, son una modalidad de contrato temporal. Otra mentira es festejar que el trabajo a tiempo parcial se haya limitado al 12,7%. En realidad, lo que está pasando es que han puesto tantas pegas a este tipo de contratos que están dejando de ser utilizados por mujeres y jóvenes, que solo quieren trabajar unas horas al día. Esto podría explicar que el paro entre los trabajadores comprendidos entre 18 y 25 años este verano haya aumentado un 2,5% y que el desempleo juvenil sea ya del 31%o, el doble que existe en los países de nuestro entorno.

Si nos referimos a los parados de larga duración, en aquellos que llevan en el paro más de un año, comprobamos que representan el 42% del conjunto. Y un dato que hace reflexionar: el 12% de los desempleados lleva más de cuatro años buscando empleo sin conseguirlo. Según la patronal de las agencias privadas de contratación, esto pone claramente de manifiesto que estamos ante un fracaso colectivo, ante una mala planificación de la orientación laboral y de la formación profesional y ante una metástasis sociolaboral y que sigue enquistando nuestra bolsa de desempleados.