Ala actriz Karla Sofía Gascón se le ha caído el mundo encima. De soñar con la gloria de los Oscars a vivir el infierno de ser ignorada y cancelada. Los terminales mediáticos de la derecha la defienden, sin embargo, porque, aunque no lo admitan, coinciden con gran parte de sus muy hispánicos tuits. ¿Qué ‘voxiano’ o ‘pepero ayusiano’ no comparte al cien por cien perlas como estas: «Siguiendo una rueda de prensa de la #NASA hay agua en Marte. ¡Woaoo! Todavía suerte que no son catalanes, se lo hubieran callado» o «invitaron a un independentista catalán a una boda y acabó comiendo solo en una esquina, no podía soportar repartir la comida entre todos» o «espero que pronto todo este grupo de ratas nazis-onalistas catalanas se pudran en la prisión si antes no se los lleva este y cualquier otro virus».
Karla ha pedido perdón, algo que la honra. Asegura que, tras la polémica generada por su verborrea, hay un malévolo plan para arrebatarle el Oscar a mejor actriz. Se cree víctima de una conspiración cuando en realidad lo es de sí misma. Es el enésimo caso de recurrir al ‘enemigo’ exterior. Hay sobrados ejemplos en política. Y en deportes. Como el presidente del Barça, Joan Laporta, que trató de tapar su pésima gestión en el caso Olmo con el típico «todos están contra nosotros». O el Madrid, que dice que los árbitros le persiguen. ¿En serio? ¿El Madrid una víctima?
