Hace unos años nació en Australia la iniciativa «abrazos gratis». Su creador fue un ciudadano de Sídney que quería un mundo más humano.
En marzo, en Málaga, un hombre fue detenido por la policía por repartir abrazos. La Covid-19 ha tenido estas consecuencias. El beso, el abrazo y el apretón de manos, han desaparecido y se busca sustituto.
El saludo con el codo tiene seguidores, pese a que puede recordar el Baile de los Pajaritos. No es del todo higiénico por cuanto la tos y los estornudos ya no encuentran la mano como pantalla, sino el codo.
El futuro del saludo queda pues abierto: sea con leve inclinación de cabeza, a la japonesa; con las manos delante en actitud orante, como en la India; o con un golpe a la espalda, como hacíamos en el pueblo.