La memoria de China es larga. Muy larga. Casi infinita. Un favor se recuerda siempre, y cuando decimos siempre, es siempre. Hay que retrotraerse a la creación de la llamada Alianza de las Civilizaciones por José Luis Rodríguez Zapatero para comprender dónde empieza esa «relación especial» (término acuñado por Winston S. Churchill para referirse a las relaciones entre los Estados Unidos y el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial) entre los gobiernos socialistas y China. En China, José Luis Rodríguez Zapatero se ha ganado la vitola de «intermediario» comercial y político con la Unión Europea entre los medios de comunicación, gracias a su intensa actividad diplomática y su cercanía con altos cargos del Partido Comunista chino. Durante los últimos años, el expresidente del Gobierno ha tejido una red de contactos que ahora aprovecha Pedro Sánchez en su nueva ofensiva estratégica hacia Asia. De hecho, ha sido el propio Zapatero quien ha allanado el terreno para la actual visita del presidente del Ejecutivo español a Pekín, fijada para este jueves. El líder socialista llega a China tras una breve escala en Vietnam y con una agenda cargada de contenido económico y geopolítico, construida en buena parte por su antecesor en La Moncloa. El presidente chino, Xi Jinping, pidió al jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, que China y Europa «protejan conjuntamente la tendencia a la globalización económica» y «se opongan a prácticas intimidatorias unilaterales», en plena batalla comercial entre el gigante asiático y los Estados Unidos de Trump. Xi indicó que «solo mediante la unidad y la cooperación pueden los países mantener la paz y la estabilidad mundiales y promover el desarrollo y la prosperidad global». El mandatario chino aseveró que «el potencial de transformación industrial de los más de 1.400 millones de habitantes de China dará un fuerte impulso a la economía mundial», mientras instaba a que el país asiático y España «consoliden su confianza y respeto mutuos». España como mediadora ante Pekín viene de lejos y va tejiendo una red de confianza que es la única manera en la que China acepta ser tratada. Ahora llega el momento de ver si esta special relationship generará frutos. Si Pekín pasa a ser el nuevo Washington. Esto sí sería una nueva era.
‘Special relationship’ de Sánchez y Jinping
11 abril 2025 20:42 |
Actualizado a 12 abril 2025 07:00
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Un articulo de Diari de Tarragona
Diari de Tarragona
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