Edad y vulnerabilidad
en tiempos de crisis

En las situaciones de emergencia las personas de edad resultan perjudicadas de manera desproporcionada. Las situaciones de emergencia –tanto si las causan los conflictos como si son resultado de desastres naturales— agravan muchos de los problemas de derechos humanos que afrontan las personas de edad. La vulnerabilidad en aspectos tales como la movilidad limitada, los problemas de salud, la discapacidad y el cuidado de otros miembros de la familia constituyen desafíos para las personas de edad cuando se trata del acceso a la ayuda durante las situaciones de emergencia. Lo hemos vivido de forma incuestionable durante la dana de Valencia. Casi la mitad de las víctimas eran mayores de 70 años. Esta información es devastadora. Porque cualquier víctima tiene detrás una historia, truncada a veces a una edad en la que la muerte es injustificable. Pero los ancianos que perecieron en Paiporta, Catarroja, y las otras localidades afectadas por la tormenta y las inundaciones residían en los bajos de las casas por ser ese el nivel de mejor acceso. Y se ha demostrado que la vulnerabilidad física adquiere una dimensión mayor justamente porque sus viviendas fueron pasto del agua en pocos minutos. Su acceso a la información también se encuentra limitado. No tenemos las cifras, pero estamos seguros de poder afirmar que la mayoría de las personas de más de 70 años tienen un acceso a las nuevas tecnologías muy mejorable. Recibir alarmas por SMS no es el modo más eficaz. Muchos hijos, sobrinos y nietos pasaron horas angustiosas llamando por teléfono a sus mayores. La prevención que ahora parece invadirlo todo ha de tener en cuenta esta vulnerabilidad. Ha de prever cómo comunicar a las personas mayores que deben tomar medidas, cómo articular un sistema que permita ponerlos al abrigo del temporal en caso de emergencia. ¿Por qué no fueron los servicios de la Generalitat valenciana a avisarlos durante la mañana del día 29? La prevención pasa por la información. Y la información ha de estar muy bien diferenciada según el grupo de edad o según el estilo de vida de las personas que sí o sí van a continuar viviendo en zonas inundables. Los ancianos y los niños siempre van a estar más expuestos. Protegerlos es una obviedad, pero no fue así en Valencia.