La industria química es un pilar fundamental en el desarrollo y funcionamiento de la sociedad moderna. Su impacto se extiende a múltiples sectores, desde la medicina hasta la agricultura, pasando por la energía y la tecnología. La química no solo transforma materias primas en productos útiles, sino que también impulsa la innovación y mejora la calidad de vida. En Tarragona, desde hace más de 50 años convivimos con el polo petroquímico más importante del sur de Europa. Esta convivencia no está exenta de polémicas, como es lógico. Lo polémico suele ser fácil de explicar y más fácil aún de manipular. Lo que sí parece faltar en todos estos años, es un buen relato que nos explique la importancia de este sector y las innumerables innovaciones que se han puesto en marcha durante todos estos años para mejorar la seguridad y la sostenibilidad.
Habrá que recordar que uno de los aspectos más destacados de la industria química es su papel en la producción de medicamentos y tratamientos. Gracias a los avances en química farmacéutica, se han desarrollado fármacos que salvan vidas y mejoran la salud de millones de personas.
En el ámbito agrícola, la industria química proporciona fertilizantes y pesticidas que son esenciales para aumentar la productividad de los cultivos. Esto es crucial para alimentar a una población mundial en constante crecimiento. Sin estos productos, la seguridad alimentaria se vería comprometida, lo que podría llevar a crisis alimentarias en diversas regiones del mundo. Estos, son solo algunos de los aspectos sistémicos de la industria química y en especial de la petroquímica.
El reto de la descarbonización está a la vuelta de la esquina. Esto significa que las inversiones necesarias no se pueden poner en riesgo por culpa de decisiones políticas que son de bonito titular. Es necesario proveer a nuestro sector industrial de la seguridad necesaria para poder luchar por atraer las inversiones necesarias para seguir trabajando y seguir haciéndolo bien. Pero hay que explicarse. Hay que desmentir los bulos y las leyendas urbanas. Es una responsabilidad de todos. La química es vida, pero sin la industria que la produce, no es más que fórmulas.