Mañana acaba oficialmente el curso escolar 2021-2022 y para muchos padres se agravan los problemas de conciliación de la vida laboral y familiar, ya complicados, de forma habitual, pero aún más durante los meses de verano. Y aunque el curso que viene comenzará en Catalunya antes de lo habitual, el 5 de septiembre, para los grupos de infantil y de primaria y el 7, los grupos de ESO, bachillerato y ciclos formativos, el alumnado solo dará clases a lo largo de la mañana, compactando así la jornada, como sucede ya hace tiempo en junio aunque con la diferencia que se ofrecerán actividades a lo largo de la tarde para cubrir el horario habitual.
Ante esta situación las posibilidades para conciliar de las familias son diversas, pero todas suponen costes: bien económicos, emocionales y/o sacrificios familiares, especialmente en el caso de las mujeres. El 89% de las excedencias para cuidado de los hijos corresponden a mujeres y el 94% de los trabajadores que pidieron reducciones de jornada por cuidado de hijos o mayores son habitualmente mujeres y el 57% ha sufrido una pérdida salarial al convertirse en madre, tras verse obligada a reducir su jornada laboral, coger una excedencia o dejar el empleo.
El tema no es menor y es una de las razones del desplome de la natalidad. La pandemia hundió la cifra de nacimientos, que ya partía de un año 2019 con el dato más bajo de toda la serie histórica del Instituto Nacional de Estadística (INE), que arranca en 1941, con las implicaciones que ello tiene sobre la falta de personal en el mercado laboral y la sostenibilidad del Estado de Bienestar y del sistema de pensiones. Lo que hay en juego es mucho, por tanto, urge cuanto antes un pacto de estado por la conciliación, en el que estén implicadas no solo las familias y los sindicatos sino también las empresas y los partidos políticos.