Este miércoles se congregaron en el Casal de la Dona, en Centre Cívic del Carme de Reus, los y las candidatas de Junts, ERC, PSC, CUP, Ara Reus, Podem y Reus en Moviment. Organizado por Reus Refugi y la Coordinadora Obrim Fronteres (COF), el acontecimiento logró abarrotar el auditorio de decenas de personas y familias de todas partes mundo vecinos, también, de la ciudad.
Según dicen, fue la primera vez en la historia de las campañas municipales de Reus que la población migrante e invisibilizada podía interpelar directamente a los grupos que se presentaban a las elecciones municipales.
Contra todo pronóstico y nada más empezar, los candidatos enunciaron que habían escrito un comunicado conjunto... En el auditorio se hizo un silencio profundo, místico podría decirse, como el que se percibe cuando se alcanza lo alto de un lugar. El comunicado decía así: «Queridos hermanos migrantes, queremos comunicaros que mañana a primera hora renunciaremos a nuestras respectivas candidaturas para las elecciones municipales. Llevamos un largo tiempo flirteando con el deber, el deseo y el poder, y aun así no conseguimos defender una dignidad que nunca debería de haberse malmetido. Somos incapaces de ayudarles a encontrar el derecho y la dignidad que nos piden, lo siento. Pedimos perdón por todo el sufrimiento que genera de nuestra falta de sensibilidad y nuestra omisión política...».
Tal fue el impacto y desconcierto que en ese mismo instante una mujer se desmayó. ¡El público gritaba y pedía auxilio! Uno de los candidatos se levantó de su silla y socorrió a la mujer mientras otro, con lágrimas en los ojos, seguía leyendo: «A partir de mañana, frente a todo y contra todo impedimento, haremos todo lo necesario para defender el Artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, luchando día a día para garantizar un buen acceso al padrón municipal, el derecho a una vivienda digna, una sanidad decente, protegiendo a todos y a todas del odio y la violencia de quienes os quieren pobres y sometidos y...».
De repente una explosión cortó sus palabras y un contingente de policías armados asaltó el auditorio. El espacio se llenó de ruido y de humo, mucho humo... Algunos asistentes se protegieron debajo de sus sillas y otros, los más curiosos, sacaron el móvil para grabar la situación. El humo crecía a lo largo y ancho de la sala y el ruido aumentaba. Los candidatos fueron arrestados, uno a uno, por la policía. Una de las candidatas trató de huir sin éxito, y fue detenida junto a las demás, que ya esperaban en furgón policial.
Al día siguiente y contra todo pronóstico las calles de Reus se llenaron de pancartas y cánticos a favor de la liberación de todas y todos los excandidatos convertidos ahora en héroes. Los vecinos de la ciudad, migrantes y no migrantes, mestizos, cosificados y mal tratados, salieron de su madriguera y con la determinación de quien se conoce ganador ocuparon el Ayuntamiento. Se suspendieron las elecciones del 28M y los nombres de las calles más reputadas se cambiaron por el nombre de los excandidatos.
Así sucedieron los hechos, más o menos, el pasado miércoles en el Casal de la Dona, en el primer debate electoral.
