El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha advertido este miércoles en una comparecencia conjunta sin preguntas con el primer ministro de la República de Vietnam, Pham Minh Chinh, que la guerra comercial iniciada por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, supone un revés para las economías de todo el mundo, incluida la norteamericana. “Las guerras comerciales no benefician a nadie, sino que perjudican a todos”, ha afirmado. Por ello, ha apostado por el multilateralismo y ha recordado que España y Vietnam son defensores del libre comercio como vía para el desarrollo.
Coincidiendo con la entrada en vigor de los aranceles estadounidenses, que afectan especialmente a Vietnam con un 46%, Sánchez y el primer ministro vietnamita han mostrado su oposición a la estrategia de Trump.
El presidente español ha recordado que en un contexto global “tan complejo”, su ejecutivo apuesta por la apertura de España y de Europa al sudeste asiático, y especialmente a países como Vietnam.
“España apuesta por un orden internacional basado en reglas, por el libre comercio y por la apertura económica”, ha afirmado el presidente español.
Según Sánchez, la visita sirve para profundizar los lazos entre ambos estados con una declaración conjunta que busca elevar la relación bilateral a una “relación estratégica integral”.
Por ello, antes de comparecer con Minh Chinh, ambos han firmado un memorando sobre consultas políticas, otro sobre seguridad alimentaria, sanidad animal y vegetal y cooperación pesquera, y un tercero sobre escuelas diplomáticas.
También un protocolo financiero de 300 millones de euros para la entrada de empresas españolas en Vietnam, porque, según Sánchez, “la empresa española tiene mucho interés en ampliar su presencia en sectores relevantes de Vietnam como el de las infraestructuras ferroviarias”.
El primer ministro vietnamita ha destacado la importancia del encuentro en el momento actual y ha recordado que Vietnam busca reforzar el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, que entró en vigor en 2020.
“Esperamos que España nos ayude a movilizar a otros países para ratificar el acuerdo de libre comercio”, ha dicho antes de señalar la voluntad de su país de seguir cooperando con el Estado en materia de turismo, defensa y seguridad.
En este sentido, el primer ministro vietnamita ha valorado positivamente la presencia de empresarios españoles y se ha mostrado esperanzado en que la visita sirva para interconectar mejor dos economías “complementarias”.
Vietnam registra un crecimiento anual del 6,5% del PIB y está adquiriendo cada vez más relevancia como actor regional. El objetivo de Sánchez es reforzar la relación bilateral tanto en el ámbito político como económico.
La Moncloa cree que Vietnam ofrece grandes oportunidades para las empresas españolas. El Estado importa de este país 5.200 millones de euros y solo exporta 530 millones, principalmente en productos farmacéuticos, plásticos y aparatos eléctricos.
Por tanto, según La Moncloa, hay muchas oportunidades de reequilibrar la balanza incrementando las exportaciones. Se trata, apunta el ejecutivo, de un gran mercado que hasta ahora el Estado no ha explorado suficientemente, y este es un momento propicio para alinearse en el marco de acuerdos de libre comercio.
El presidente español ha iniciado el viaje a Hanoi con una ceremonia oficial de bienvenida en el Palacio Presidencial y con el encuentro con el primer ministro del país, Pham Minh Chinh, en la sede del ejecutivo vietnamita.
Este miércoles también está previsto que se reúna con el secretario general del Partido Comunista de Vietnam, To Lam, una figura clave en la estructura política del país.
Posteriormente, este miércoles también se reunirá con el presidente de la República, Luong Cuong, en el Palacio Presidencial, y con el presidente de la Asamblea Nacional, Tran Thanh Man, antes de participar en un almuerzo ofrecido por el primer ministro.
La agenda también incluye una visita al monumento a los héroes y mártires de Hanoi, y una ofrenda floral al monumento de Ho Chi Minh.
China, en busca de alternativas
El viernes, Sánchez se desplazará a Beijing, la capital china. Desayunará con inversores chinos y se reunirá con Xi Jinping y con el primer ministro de la República Popular China, además de comparecer ante los medios de comunicación.
El viaje coincide con el 20º aniversario de la asociación estratégica integral entre ambos países. Será la tercera visita de Sánchez en tres años, y el ejecutivo busca reforzar la relación de China con España, pero también con la Unión Europea, que define al gigante asiático como un socio, competidor y rival con quien hay que buscar una agenda positiva.
Según La Moncloa, es un viaje de gran importancia en el ámbito económico. El Estado busca corregir un enorme desequilibrio comercial con China, que representa el 70% del déficit comercial del Estado.
En concreto, China envía al Estado productos por valor de 45.000 millones, mientras que el Estado solo exporta a este país 7.400 millones, lo que supone un déficit comercial de 38.000 millones.
Por tanto, según el ejecutivo, el desequilibrio comercial formará parte de las conversaciones, y aunque China no es un país fácil, el objetivo es impulsar las exportaciones españolas.
El gobierno español también quiere que el viaje permita mantener e impulsar el flujo de inversiones chinas de los últimos años en materias como baterías, hidrógeno y fabricación de vehículos eléctricos. Por ello tiene puestas grandes expectativas en el desayuno de Sánchez con potenciales inversores.
El ejecutivo también pondrá el acento en la firma de protocolos, especialmente en el sector porcino y de cosméticos, que han encontrado barreras administrativas y dificultades para la implantación de empresas españolas.
En el ámbito cultural se firmará un memorando sobre cooperación cinematográfica, y también se impulsarán intercambios de estudiantes y para el sincrotrón.