Vuelta al Mobile World Congress (MWC). Tras su anulación en 2020 y una intentona de mínimos en 2021 a consecuencia de la pandemia global de Covid-19, la edición que cerró puertas este pasado jueves en el recinto Gran Via de Fira de Barcelona, en L’Hospitalet de Llobregat, fue lo más parecido a una recuperación prepandémica que se ha visto hasta el momento en el sector de ferias y congresos.
Con más de 60.000 visitantes presenciales, unas 1.900 empresas y 160 delegaciones de países e instituciones internacionales, este evento recuperó sus fechas habituales, siete meses después de la edición de 2021, y añadió a unos 500.000 espectadores únicos de forma virtual para escuchar a más de 1.000 ponentes, de los que casi su totalidad impartieron sus conferencias de forma presencial.
También el evento para emprendedores y startups Four Years From Now (4YFN), que este año ocupó el Pabellón 6 del recinto Gran Via, retomó buenas sensaciones con la presencia de más de 500 empresas emergentes internacionales y unos 300 ponentes.
El despegue de la tecnología 5G se anuncia como definitivo para este año 2022Robots, Inteligencia Artificial y metaversos poblaron esta edición del MWC, donde las grandes tendencias tecnológicas pasaron, como en las últimas ediciones, por delante del último modelo de smartphone o gadget. Y lo hicieron, en esta ocasión, con la tecnología 5G abandonando su condición de eterna promesa.
Tras años de anuncios sobre las bondades de la 5G, parece que (esta vez sí) debería llegar por fin su despegue. Es lo que se desprende del informe Mobile Momentum de GSMA, presentado esta semana en el marco del MWC y que prevé que, durante el presente año 2022, se superen los 1.000 millones de conexiones 5G en el mundo, para rebasar los 2.000 millones de conexiones en 2025, lo que equivaldría a una quinta parte de las conexiones móviles que hay en el planeta, en el despliegue más rápido de la historia en el sector de la telefonía móvil.
Más rápido, más ambicioso
La quinta generación de comunicaciones móviles, más conocida como 5G, promete multiplicar por diez la velocidad y capacidad de transmisión de datos con respecto al 4G, reducir por diez la latencia (tiempo de respuesta a una solicitud) a niveles de un milisegundo, ofrecer una elevada disponibilidad y fiabilidad (permitiendo su uso en aplicaciones críticas) y poder gestionar hasta un millón de dispositivos conectados por kilómetro cuadrado. En su aplicación industrial, la 5G supondrá un antes y un después, convirtiéndose en la base para el desarrollo de la Industria 4.0.
Con esta premisa desembarcaron en el MWC empresas como Telefónica, que presentó ejemplos de aplicaciones de la 5G en tecnologías como la Inteligencia Artificial, IoT, Edge Computing, Big Data, Blockchain o Cloud. Lo hizo en un formato presencial, con un estand en el que los asistentes pudieron interactuar, por ejemplo, con su propuesta de ‘5G Bartender’, un robot camarero de Macco Robotics que dispone de varias funcionalidades integradas: posibilidad de servir diferentes tipos de bebidas, reconocimiento facial, trato personalizado a los clientes registrados y respuesta en varios idiomas.
Pero también con una representación de su estand físico en el metaverso, donde se pudieron experimentar las demostraciones y sesiones que se fueron sucediendo en su área presencial de exhibición y debate. Junto a los robots y la Inteligencia Artificial, el metaverso ha sido uno de los grandes protagonistas en esta edición del MWC.
«En la escuela, los robots ya están aquí. Ahora ya solo se trata de una cuestión económica, como cuando llegaron los primeros ordenadores al aula»NFT (Non Fungible Tokens), dispositivos de Realidad Virtual, Realidad Aumentada y Realidad Mixta, aplicaciones FinTech, fábricas gemelas, aulas formativas... la explosión de propuestas para el metaverso ha sido notable en este congreso.
Mercè Gisbert, URV
Y, con ellas, un desfile de robots, abarcando desde los más sociales (como Kime, el robot camarero de Macco Robotics presentado por Telefónica, el popular Pepper de SoftBank o el robot experimental CyberDog de Xiaomi), hasta los más industriales, como el modelo Spot de Boston Dynamics.
La 5G y su baja latencia es lo que debe permitir, en el caso de los robots industriales, que sean una realidad cotidiana en la industria en un horizonte de menos de cinco años. Junto al despliegue de esta quinta generación de comunicaciones móviles discurren los avances en Inteligencia Artificial que deben hacer posible que las nuevas generaciones de robots industriales puedan ganarse un espacio entre nosotros.
La zona de demostraciones de IBM, referente en Inteligencia Artificial desde hace décadas, fue uno de los escenarios en los que estos robots destinados al ámbito industrial mostraron su potencialidad. Allí, IBM, en colaboración con Boston Dynamics, exhibió de lo que era capaz el algoritmo que había diseñado para el modelo Spot, un robot cuadrúpedo pensado para trabajar en entornos industriales y equipado con hardware específicamente diseñado para cada tarea.
Pero, a diferencia de otras aproximaciones que apuestan por un uso mucho más autónomo, desde IBM insistieron en que su propuesta era la de un robot colaborativo o cobot, trabajando codo con codo con personas.
Robots sociales
El paso desde el robot ‘tonto’ (un brazo mecánico en una línea de producción) al robot dotado de Inteligencia Artificial es el gran cambio que ya está aquí. Un cambio que no solo se está dando en la transición hacia la Industria 4.0, sino en sectores tan diversos como la hostelería, los cuidados o la educación.
En estos sectores, los robots sociales empiezan a desplegarse, con ejemplos como el que mostró esta semana Mercè Gisbert, catedrática de Tecnología Educativa de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y líder del grupo de investigación ARGET (Applied Research Group in Education and Technology) en esta misma universidad, en la jornada Futuros docentes, docentes del futuro, organizada por mSchools en el marco del MWC.
Allí, Mercè Gisbert conversó ante el auditorio con Furhat, un robot humanoide dotado de Inteligencia Artificial que ya se encuentra en fase piloto en algunas escuelas de Catalunya, y que en su opinión abre una oportunidad «para atender necesidades educativas específicas como las del espectro autista, o para dar información o acompañar en procesos».
Con capacidad para hablar hasta 35 idiomas (entre ellos, el catalán, mediante el que mantuvo la conversación con Gisbert), «su aplicación en el área de idiomas es clarísima, para mejorar la dicción o la conversación de alguien», pero su capacidad para expresar emociones, mediante gestos de tristeza, temor o sorpresa, abren las posibilidades más allá del ámbito educativo, en la interacción, por ejemplo, con personas ancianas.
En el aula, puede ayudar a la «personalización del aprendizaje -avanza Gisbert-, haciendo por ejemplo que practique ejercicios con un alumno mientras el resto de la clase hace una cosa distinta». En este punto, coincide con la visión de robot colaborativo o cobot: «Es como si fuese un asistente del profesor, que tú puedes programar para lo que creas».
Esta capacidad de adaptar su Inteligencia Artificial a nuestras necesidades específicas es lo que debería ayudar a «que la gente no se sienta amenazada, porque es evidente que el profesorado y el centro educativo tendrán la voz cantante. Pero esto ya está aquí. Ahora, ya solo se trata de una cuestión económica, como cuando llegaron los primeros ordenadores al aula».